Del huerto, al plato. Eso sí que es un producto de kilómetro cero. Este año decidimos plantar calabacines, entre otras cosas, y como era la primera vez que lo hacíamos no hemos tenido una cosecha espectacular porque la horticultura es más complicada de lo que parece. Pero tendremos que aprender, porque al precio que se han puesto las frutas, verduras y hortalizas no nos quedará otro remedio que aprovechar cualquier palmo de tierra - macetas incluidas- para obtener algún provecho y sortear así la inflación.
Ese plato lo hemos titulado "Crema fría de calabacín" pero también se puede tomar caliente. Va a gustos, como todo en esta vida.
RECETA
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INGREDIENTES
2 calabacines
2 zanahorias
1/2 cebolla
Sal
Aceite de oliva
Pimienta
1 diente de ajo
1 yogur
Sésamo (opcional)
PREPARACIÓN
En una cazuela echar un chorrito de aceite de oliva y, cuando esté caliente, sofreír la cebolla y el ajo. Dejar unos minutos.
Añadir la zanahoria y los calabacines troceados. Si no queréis que la crema quede muy verde podéis poner un calabacín pelado y uno sin pelar. Dejar sofreír un ratito removiendo de vez en cuando. Añadir la sal y la pimienta.
Cuando las verduras estén bien rehogadas, cubrir de agua y dejar hervir hasta que las verduras estén hechas. Retirar del fuego y dejar templar.
Triturar añadiendo el yogur. Rectificar de sal. Poner en la nevera hasta el momento de consumir.
CONSEJOS
Esta crema puede tomarse fría o caliente. En este último caso no poner en el frigorífico después de triturar para no tener que calentar de nuevo.
Se puede servir con un poquito de sésamo, con crujiente de jamón, con picatostes...