En mi blog pocas recetas veréis de queso. No me gusta nada nada, ninguna variedad, y eso que en mi casa son muy queseros y siempre hay varios tipos, pero yo no puedo con él, ni tierno ni fresco, vamos, ninguno!.
Este mes La cocina typical spanish, quiere homenajear al queso, como no quería perderme este evento, he hecho unas croquetas que son fáciles de congelar y que se las coma mi catador que, según dice, son deliciosas.
He usado un queso semicurado de cabra de los montes de Málaga, pero podéis poner el que mas os guste, de hecho, he puesto poca cantidad, porque el sabor es intenso, pero si usáis un parmesano o un queso mas suave se puede poner mas .
El calabacin aporta una cremosidad a la bechamel muy rica, aconsejo ponerlo en cualquier tipo de croquetas, yo soy fans de ellas y tengo en etiquetas un apartado especial para ellas.
Para ver el resto de recetas AQUI
Necesitamos:
1 calabacín mediano, también puede ser berenjena
1 cebolla mediana
90 gr. de queso semicurado de cabra, se puede poner cualquier queso
100 ml. de aceite de oliva suave
100 gr. de harina
500 ml. de leche
Sal y Pimienta
Nuez moscada
Huevo para rebozar las croquetas
Pan rallado
Preparación:
Ponemos en una cacerola amplia el aceite y pochamos la cebolla muy picadita y a fuego lento, no queremos que se dore.
Mientras picamos menudo el calabacin y lo añadimos a la cebolla y dejamos que se haga todo y que quede bien pochado.
Añadimos la harina y rehogamos que se mezcle con el aceite, empezamos a añadir leche, en tres veces, la vamos mezclando, al principio parece que se hace grumos,pero ella sola con el calor y el movimiento se va ligando, salpimentamos y añadimos nuez moscada al gusto.
La bechamel hay que cocerla durante unos 5 minutos, sin parar de remover, el punto es cuando empieza a despegarse de la sartén, ya la tenemos lista y añadimos el queso que habremos rallado, una vez incorporado el queso, apartamos y reservamos.
La pondremos en un recipiente y cubrimos con plástico film, para evitar que se haga costra, nos ayudamos de la mano y pegamos el plástico a la bechamel.
Lo mejor es dejarla hasta el día siguiente para empezar a formar las croquetas.
Le damos forma y las pasamos por huevo batido y pan rallado y listas para freír o congelar.
Si no tenemos freidora, la mejor opción es freírlas en un cazo, además de usar menos aceite, se cubren entera de este y la fritura sale perfecta.