El primer país en el que el cerdo se hizo célebre y comenzó a consumirse fue en China. Ha sido un animal de fácil crianza y ha provisto de los principales nutrientes a granjeros chinos.
En este país el cerdo ha sido tan venerado y apreciado que ha sido símbolo de hogar.
En su consumo, el antecesor del cerdo fue el jabalí. El cerdo comenzó a consumirse por su facilidad para cuidarlo y criarlo en granjas.
La primera receta de cerdo data del 500 antes de Cristo en China y era cerdo relleno de dátiles. El cerdo se rellenaba con los dátiles y era cocido, Envuelto en una capa de paja con arcilla. Esta receta sigue teniendo vigencia hoy en día con métodos similares en la Polinesia.
El cerdo llegó a Grecia y Roma con gran aceptación dada la facilidad para criarlo y alimentarlo.
Había dos métodos para su preparación: salado y ahumado. De este modo podía circular por el Imperio durante varios días y conservarse perfectamente para su consumo.
Hay una receta específicamente para ilustrar este hecho del siglo II antes de Cristo en la que se dicen que la carne de cerdo debe salarse y dejar reposar durante 17 días y después dejar secar durante dos días. Frotarse con aceite y vinagre y dejar ahumarse durante dos días.
Debido a lo complicado de tener forraje incluso cerdos durante los meses de invierno se adoptó la costumbre de hacer la matanza a finales de año.
A pesar de la gran variedad de carne disponible para el consumo en la actualidad, la carne de cerdo sigue siendo de las preferidas. Tanto es así que se calcula una población de cerdos para consumo de unos 500 millones.