Fui con Silvia, ninguna de las dos habíamos tocado nunca el fondant, así que fue toda una experiencia. Tuvimos la suerte de que ninguno de los participantes era experto en decoración de cupcakes y era la primera vez que iban a un curso similar. La profe Marianna era muy simpática y con mucha paciencia.
Teníamos preparado cuatro cupcakes horneados esa misma mañana cada uno, las instrucciones, un delantal y todo el instrumental en una cajita.
Los colores del fondant nos los dieron elegidos, Silvia quería rosa? no pudo ser, pero tuvo la suerte que el cortador que le tocó fue de corazones, el mío círculos.
Al empezar a moldear la flor nos tiramos más de una hora intentando ver una rosa, el color verde no ayudaba, veíamos más bien una bonita lechuga. Pero una vez terminado y colocado en su sitio ya vimos la rosa, ¿vosotros veis rosa o lechuga?
Lo siguiente que teníamos que moldear: un lazo. ¿Lo veis? Que difícil? Y eso que Marianna lo hacía hasta con los ojos cerrados.
Tercer cupcake, empezamos a pegarnos con la manga pastelera. Silvia ganó a la manga, la manga me ganó a mí, no me hago con ella ni a cámara lenta. Tengo que repetir curso por culpa de ella.
Al final nos fuimos con nuestra cajita y cuatro cupcakes cada una.
Nos lo pasamos fenomenal y deseando repetir, os recomendamos la experiencia.