Como estamos en las fechas, hice torrijas este fin de semana. Ya sabéis que me gusta darle un punto diferente, así que lo primero que haremos será precalentar el horno a 180º; mientras hice un remojo enriquecido de huevos, nata (crema de leche), azúcar, vainilla y crema de whisky que integraremos para que esté homogéneo. El pan lo he comprado en mi panadería y es el mismo del año pasado, especial para torrijas, pequeñito pero muy absorbente (la bolsa es de unos 250 gramos). Dejaremos el pan en remojo durante un rato (como sabéis, "rato" es una medida de tiempo subjetiva que puede abarcar desde 15 minutos y 30 minutos; yo recomiendo que recurráis al "ojímetro" y cuando palpéis que están empapadas pero no se rompen, será el momento).
Hornearemos por tandas hasta que estén bien doraditas por ambos lados y reservaremos. Por último, sumergiremos en un almíbar TPT de vainilla. El resultado es excelente: torrijas jugosas con un suave sabor de crema de whisky y envueltas en ese inconfundible aroma de vainilla. Nos han gustado mucho.