¿Quién no ha comido un donut en su vida? Desde pequeños alguno ha pecado de la bollería industrial con la que nos invaden. Todos hemos metido el dedo en el centro y nos lo hemos comido disfrutando de la vida. Si bien, la historia de este “bollo” con un agujero viene desde el pasado. Como siempre, ya sabéis que nos gustan las curiosidades sobre los alimentos.
Se cree que el primero que hizo el famoso agujero fue un marinero para arreglar un problema de fritura. La masa no se hacía por el centro, por lo tanto, cogió lo que encontró a mano y lo eliminó. Desde entonces se viene haciendo, fabricando y disfrutando. De hecho, es complicado no encontrarse a un policía comiéndolos en una película americana ya que es uno de los postres con más éxito en EEUU.
Encontramos donuts de mil tipos, aquí os proponemos una receta para olvidar la bollería industrial. Relleno de salmón y queso philadelphia; y otro más dulce con nata (crema de leche) y chocolate.
INGREDIENTES
250 grs. de harina de fuerza
250 grs. de harina normal
30 grs. de levadura fresca
50 grs. de mantequilla sin sal
2 huevos
200 ml. de leche
8 grs. de sal
nuez moscada
aceite de oliva
PASO A PASO
Disolver la levadura fresca en un poco de agua caliente.
En un bol mezclar las harinas, el azúcar, sal y la pizca de nuez moscada. En otro bol, introducir los ingredientes húmedos como la mantequilla (en textura de pomada), los huevos, leche y la levadura disuelta en el agua.
Empezar a batir con la máquina e ir añadiendo la mezcla de ingredientes secos. Primero 1/3, batir, otro 1/3, seguir batiendo y finalmente el último.
Amasar hasta que se despegue la masa del bol. Untar éste con aceite y dejar reposar una hora la masa tapada con papel film y un paño de cocina limpio.
Estirar la masa resultante hasta que quede con un centímetro aproximadamente. Cortar los donuts con un molde.
Freír los donuts con ayuda de papel vegetal para que sea más fácil a la hora de introducirlo en la sartén. Aproximadamente 30 seg. por cada lado hasta que doren. Retirar a papel absorbente.
Rellenar salado o dulce, recubrir con chocolate negro o blanco, al gusto. Libre elección.
¡A comer!
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