Hace un mes aproximadamente estaba escribiendo una receta en el blog, cuando de pronto escuchamos un crujido, creo que mi esposo y yo brincamos del susto, y pensamos los dos lo mismo: "¡El árbol de duraznos se rompió!", y efectivamente, se rompió una de sus ramas, la más cargada de duraznos, ¡qué tristeza! -pensé- pues en verdad es mi árbol consentido, ya que da unos duraznos blancos, llamados prisco o machos, que tienen un rico olor, muy distinto al durazno amarillo, estos duraznos cuando están en su punto, los puedes abrir con las manos y retirarles el hueso o carozo con facilidad, son muy carnosos y tienen un olor y un sabor inigualable.
Pues cuando escuchamos el estruendo me preocupé mucho, ya que todavía les faltaba madurar, exactamente como un mes, el tiempo necesario para que tomen color y más sabor dulce, de hecho son hermosos pues se ponen blancos y chapeados, con unas manchitas rojas hermosas, las cuales los hacen más apetitosos, la verdad supuse que se había perdido toda la cosecha de este año, de hecho ya llevaba como 3 años que sólo daba unos 8 duraznos, grandes, pero sólo esos, ya estaba sentenciado y regañado (por mi marido) que si no daba bien este año, lo iba a quitar, yo creo que el pobre árbol se asustó tanto que este año tenía muchos duraznos, era impresionante verlo, y pues sucedió lo que tenía que suceder, el peso lo venció y se rompió la rama más cargada de esos frutos tan valiosos para mi.
Son muy valiosos porque ya es difícil conseguirlos, tiene varios años que ya ni en las fruterías se consiguen, ni por pedido, y yo estaba feliz de tanta fruta que iba a obtener. Hasta aquél día que escuché ese crujir, en fin, yo no sabía cómo hacerle para salvar toda esa enorme cantidad de frutos, así es que al paso de los días y el ver que las hojas no se caían ni se deterioraban los duraznos, pues decidí dejarlo así, sin mover, y poco a poco comenzó a tirar los duraznos, a decir verdad todavía están un poco verdes, cada día va mejorando su color cada fruto, considero que se ha tardado más de lo normal, pero todos los días tenemos cuidado de recoger los que están en el suelo.
Pues bien, como a decir verdad, no están como para comerlos, así nada más, decidí poner a cocer algunos y prepararlos con un rico almíbar, y los otros, que han seguido cayendo, los voy juntando y prepararé una rica mermelada, a ver qué se me ocurre preparar con los últimos.
Pero eso sí, aquí no se puede desperdiciar nada, sería una pena no aprovecharlos.
Qué les parece, medio árbol en el suelo, lo bueno es que hemos podido rescatar todos... bueno uno que otro que los pájaros picotean no se han salvado, pero la mayoría sí...
Pues con la primera tanda de duraznos preparamos unos ricos duraznos en almíbar con un toque de canela.
Ingredientes:
1 Kilo de duraznos sin la piel
1 Frasco de vidrio con tapa de 1 litro
1/2 kilo de Azúcar
3/4 de Litro de Agua purificada
1 Raja de Canela
Procedimiento:
Primeramente ponemos al fuego el agua con el azúcar disuelta y la raja de canela hasta que tome punto de miel muy ligera, cuando lo hemos obtenido, agregamos los duraznos lavados y sin piel; en cuanto al azúcar, la receta original lleva 1 kilo, pero la verdad es que me parece que queda muy dulce, pero ustedes pueden agregarlo si desean, se formará un almíbar más dulce y por consiguiente quedará también más espeso.
La canela yo se la agrego porque me agrada el sabor que le da a los duraznos, pero la vedad es que no siempre, queda muy bien también sin ponerla, ya que queda más natural y se siente más sabor del durazno.
Debemos dejar hervir la fruta hasta que estén suaves los duraznos, al punto deseado, se supone que son pocos minutos dependiendo de la madurez del fruto, pero en mi caso, recuerden que los duraznos no estaban muy maduros que digamos, así es que los cocine más tiempo, en realidad es hasta que tenga la consistencia deseada, la que a ustedes más les agrade, pero que estén cocinados. Tomen en cuenta que si los envasarán de la manera que a continuación les narro, deberán considerar que no estén muy cocinados, ya que al hervir 30 minutos más a baño maría para lograr que se forme el vacío necesario en el frasco cerrado y que la fruta no se descomponga, esto hará que se cocinen más, por lo que corren el riesgo que se sobrecuezan y se les rompan.
En esta ocasión decidí dejarlos muy cocinados, de modo tal que se desbaratan en la boca al comerlos, no es lo común en esta receta, pero créanme, quedaron riquísimos, sólo recuerden que nunca retiramos los carozos, así es que al ofrecerle a un niño, ténganlo en mente, mejor retiren los huesos antes de servirlos.
Pueden acompañarlos con una cucharada de crema y verán que quedan muy ricos.
No crean que se me ha olvidado comentarles sobre la manera correcta de esterilizar el frasco, hay diversas formas, pues pueden hacerlo en el microondas. Pero en esta ocasión les contare cómo se hace de manera tradicional.
Lavamos los frascos de manera minuciosa, ya que cualquier resto de comida podrá arruinar la conserva, colocamos los frascos con sus tapas dentro de una olla con agua, no puestas las tapas sino dentro de la olla sueltas, de manera que le entre el agua al frasco, acostados de preferencia, los debemos dejar hervir por 10 minutos, pasado este tiempo, los colocamos sobre un lienzo limpio boca abajo para que se sequen, o bien, los podemos dejar en esa agua hasta el momento de utilizarlos. Sólo hay que recordar que debemos manejarlos con unas pinzas limpias para no contaminarlos.
Cuando tengamos listos los frascos y la frutas cocinadas, las envasamos en el frasco esterilizado, acomodando los duraznos de modo que se vean bonitos.
Llenamos con el jarabe o almíbar y con mucho cuidado y con la ayuda de un cuchillo limpio retiramos las burbujas de aire que se hayan podido formar.
Tapamos perfectamente y ponemos a hervir el frasco por 30 minutos a baño María. Si hemos realizado correctamente el envasado y esterilizado perfectamente el frasco no se nos contaminará y podremos disfrutar de estas ricas conservas cuando la fruta no sea de temporada.
Les son sincera, tiene muchos años que no hago este envasado, ya que nunca duran las frutas preparadas de esta manera, se las terminan rapidísimo, y cuando me propongo a obsequiarlas, ya me las ganaron, así es que ya ni me agoto, pero sí hay que tomar en cuenta todos estos detalles.
Puedes preparar conservas de cualquier fruta, de manzana, mango, piña, peras, guayabas sin piel, en fin, quedan deliciosas. Y recuerda también que puedes omitir la canela.