Alguno de sus cocineros estrella se han hecho verdaderas estrellas mediáticas conocidas en todo el mundo y podemos ver en televisión programas que tienen como estrellas a personajes como Gordon Ramsey, Jamie Oliver, Henston Blumenthal, Lorraine Pascale, Donnay Hay, Sarah Graham o mi favorita (modo ironic ON), la neumática Nigela Lawson. Muchos tienen un reconocido prestigio, otros?
Dejémoslo ahí? de momento.
Es curioso que un tipo como Gordon Ramsey, que me encanta y me parece un gran divulgador de movimientos espasmódicos, utilice, en todas sus recetas, pimentón español de
En fotografía es en el único momento en que Gordon está quieto
Jamie en acción
Al menos a Jamie Oliver le vi una vez comentar que las anchoas españolas eran las mejores (para acto seguido destrozarlas utilizándolas como fondo en una sartén, ¡genio y figura!).
Hoy voy a hablar de un caso más concreto de discriminación gastronómica terrible que llevan a cabo estos personajes (no todos) entre la cocina italiana y la española.
La mayoría de ellos, salvo el pirado de Henston, al que le regalaron el Quimicefa de pequeño y desde entonces se dedica a dejarnos boquiabiertos con sus genialidades, elabora platos, al menos para la tele, con ingredientes similares y estéticas inquietantemente parecidas (todos se han dejado abducir por el chile rojo, la lima y el jengibre, vamos, como yo mismo) y tratan a la cocina y a los ingredientes italianos con un respeto cursi-reverencial (el límite entre cursilería y reverencia muchas veces es difuso).
De su visionado se desprendería que no hay mayor herejía que no hacer un risotto académico de elaboración perfecta, pasos bien definidos y medidas milimétricas. Eso por no hablar de los ingredientes, a ninguno de estos cocineros se les ocurriría hacer ese risotto sin arroz Arborio o Carnaroli y sin queso parmesano.
Sin embargo, cuando se han lanzado a reproducir algún plato genuinamente español, han demostrado sólo conocer la paella, o mejor dicho, algún siniestro conglomerado aprendido de algún cocinero psicópata y daltónico.
Claro que,? igual lo aprendieron en España.
Hablaré de tres casos concretos de los que no he podido encontrar vídeo porque no sé si he sido muy incompetente o se me han adelantado los puristas de la paella y han conseguido eliminarlos. Pero lo que si que podemos encontrar son sus recetas en
Es bien sabido que Jamie Oliver tuvo un maestro italiano al que venera, que ha recorrido Italia y ha profundizado en su cultura y por ello elabora sus platos con toda la precisión que su inquieto, acelerado y colorista espíritu es capaz. Sin embargo, cuando le vi hacer una paella en su apartamento me quedé ojiplático, digamos que hizo un risotto con azafrán y gambas. ¡Qué poco sabía aún de lo que estos ojitos tendrían que llegar a ver!.
Hace muy poco ví a Sarah Graham, que es una bloguera sudafricana pija y blancucha que pasea su bonita cara haciendo atentados al paladar y soltando sentencias ridículas (impagable su cara de asco y el comentario consiguiente cuando le dijeron que en España a la paella se le añaden caracoles).
Pero reservo lo mejor para el final. Lo siento, no he encontrado el vídeo de la simpatiquísima Lorraine Pascale haciendo paella, prometo volver a editar y añadirlo en cuanto alguien me lo pase.
Vamos por partes, me parece una fantástica divulgadora y original repostera, pero su paella es, directamente, incomestible. Contemos pecados (y me olvidaré de muchos).
1.- Mezcla arroces, uno de ellos es Basmati.
2.- No sofríe el arroz.
3.- Según ella el chorizo es un ingrediente fundamental de la paella ¿?.
4.- Añade, además, pimentón y el azafrán se convierte en un ingrediente opcional.
5.- No para de remover el arroz.
6.- Lo cocina tapado.
7.- Lo cocina el tiempo suficiente como para fabricar cemento de almidón de arroz.
Esta chica mola mientras no haga una paella
Venga va, ahora la reflexión:
¿Por qué respetan la cocina italiana y no la española?:
Porque los italianos se quieren más que nosotros,
Porque ellos defienden lo suyo como nosotros estropeamos lo nuestro,
Porque si vas a un restaurante italiano en cualquier parte del mundo te dirán que su cocina es la mejor y te dirán que una Caprese es la mejor ensalada del mundo, pero sólo se puede hacer con Mozzarella de buffala y sin embargo, si vas a un restaurante español en Londres probablemente comas la peor paella del mundo porque estamos dispuestos a cambiar gustos o ingredientes por satisfacer al cliente, por pura vaguería o peor aún, por tendencia a la estafa y a ganar dinero fácil y rápido.
Y si no, hoy mismo, daos una vuelta por los restaurantes de vuestra ciudad y veréis una relación inversa entre el número de turistas extranjeros y la calidad de la cocina.
Osea, creo que tenemos, por parte de los cocineros mediáticos ingleses, el trato que nos merecemos, ni más ni menos.
* Por favor, si encuentras el vídeo de Lorraine y su engrudo-paella o, mejor aún, el amasijo repugnante de Sarah Graham, coméntamelo para editar la entrada y añadirlo.
Sarah Graham