Si reflexionamos sobre las relaciones humanas, entre amigos, familias, padres, colegas, compañeros, conocidos... y las analizamos, nos damos cuenta de que algunas surgieron y se mantienen, otras quedaron atrás, por la que nadie apostaba aún sigue, y la que surgió muy rápido, se esfumó igualmente.
La Vida es Bella
Y cabe preguntarnos ¿por qué son tan complejas las relaciones humanas?
Principalmente, y bajo mi opinión, estamos fuertemente influenciados por estereotipos externos que van calando, aun sin darnos cuenta, en nuestro ideales y formas de ver la vida. Desde pequeños hemos vivido pensando en nuestro príncipe azul, o princesa en el caso de los chicos, ese/a que se iba a presentar en casa, que nos iba a hacer la vida color de rosa, con quien íbamos a vivir una historia de amor, seríamos felices y comeríamos perdices ( mensaje de Disney).
¿Por qué nadie nos dijo que las cosas no iban a ser como en las películas, que iban a ser más complicadas?
No importa que no lo hicieran, asimilemos que si para conquistarnos no nos envían doce rosas rojas, tampoco va a ser necesario, que es mejor pasar una tarde de lluvia viendo una película en el sofá, que un viaje imposible a un destino paradisiaco.
A veces nos complicamos la vida porque no obtenemos lo que nosotros nos hemos imaginado, lo que realmente esperamos, y por ello culpamos a la persona que tenemos al lado. Error grave bajo mi punto de vista, idealizamos tanto que si no lo conseguimos nos sentimos frustrados, y dejamos de ser felices, y hacemos infeliz al otro.
He oido por ahí que las relaciones de ahora no son las de antes, que no son buenos tiempos para el amor, y digo yo ¿seguro?.
Nuestra percerción del otro ha cambiado, tenemos idealizado el amor, encasillado en unos cánones que se alejan mucho de la realidad, porque si no tenemos una pedida de mano, un compromiso en un barco en medio del mar con luces tenues y un violinista susurrándonos acompañada de una copa de vino y una botella de buen champán, pues no es una pedida, ni un compromiso, ni una proposición de matrimonio.
Hace unos días vi un documental en televisión muy curioso, trataba de unos chicos gallegos que se dedicaban a diseñar y hacer joyas de oro, plata y brillantes a gusto del consumidor. Lo que me llamó la atención a mi y a López, estábamos juntos, fue que un chico de unos 35 años los contrató para hacerle un anillo de compromiso a su mujer, con la cual llevaba casado 10 años, y ¿sabéis cual era su petición?, quería que los chicos le hicieran un anillo de oro macizo igual a un "trisky", un snack que guardaba desde que le pidió matrimonio a su mujer cuando eran dos chicos jóvenes con las carreras terminadas y empezando en la vida, cuando, como él bien dijo, no tenían dinero alguno. Y sí, le pidió matrimonio con un snack que ella guardaba en su joyero, desde entonces, y que utilizaron para hacer el molde del que iba a ser, ahora que podía, su anillo de compromiso. No os podéis imaginar la cara de felicidad cuando vio la pieza que los chicos habían hecho, que lejos de ser bonita, era de un valor sentimental incalculable.
Era su historia, la de dos enamorados que sólo necesitaron amor y un "trisky" para comenzar una vida juntos, llena de altibajos, de momentos buenos y malos, pero juntos, siempre juntos.
Por todos los consejos y opiniones que nos dieron acerca de ese chico/a que nos gustaba, por pensar tanto unas cosas, y tan poco otras, por dejarnos ir los momentos buenos, por las veces que nos hemos callado cuando debíamos haber hablado, y al revés, por las veces que el orgullo ha sido el vencedor, y hemos llorado por ello, por decir una cosa una vez, y arrepentirte de ello mi veces... por todo ello, ¡nos merecemos tener amor!
No se por qué regla de tres, cuando planeamos algo, suele salir mal, así que para que hacerlo, lo mejor es dejar que surja, quien sabe, a lo mejor acabamos con quien menos esperamos... ahí lo dejo.
Ese chico/a que sabe cuando estás bien o no, cómo alegrarte el día y como destrozártelo, que con una sonrisa, una mirada o un mensaje de wassap cambia tu estado de ánimo, esa persona a la que muchas veces cambiarías, y otras veces es única...así se vive el amor, como una realidad, entre personas normales, sin espectativas idealizadas que nos marcan el destino.
Cada uno demuestra las cosas a su manera, cara a cara, escribiendo una carta, con un regalo, o con un icono del móvil...o por el contrario, no demuestran nada.
Seguro que mientras habéis leído estas palabras habéis pensado en alguien. Eso está bien, equivocarse está bien, y levantarse y seguir, mejor.
Así es el amor, el amor para toda la vida.
(Gracias López, la editorial de hoy se ha inspirado en nuestro momentos, únicos e irrepetibles).
ONE DAY
Ya es viernes, os deseo buen fin de semana, ¡a disfrutar!
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