Dicen que la belleza es algo muy efímero y este plato lo es sin duda porque dura un suspiro. Es un plato que podríamos calificar de minimalista. Pocos ingredientes, de calidad y presentados con suma sencillez. Veraniego y refrescante. Todo muy simple, al alcance de cualquier persona aunque no sea experta en la cocina, pero atractivo a la vista y al paladar. Una combinación que sorprenderá y que siempre os dejará en buen lugar.
RECETA
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INGREDIENTES
Una bolsa de brotes de lechuga.
Langostinos cocidos.
Melón.
Un bote de salsa de mango.
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PREPARACIÓN
Poner los brotes en una pizarra o ensaladera.
Colocar por encima los langostinos.
Con una cuchara francesa hacer bolas de melón (si no tenéis este tipo de cuchara podéis cortar el melón en trocitos).
Poner las bolas o los trozos de melón distribuidos entre los langostinos.
Aliñar con la salsa de mango.
Las cantidades de langostinos o melón son siempre en función del gusto.