El verano ya está prácticamente aquí y lo que más nos va apetecer, no es un plato de lentejas o de garbanzos, sino ensaladas. Además, esta proposición culinaria que os hago hoy es perfecta también para hacerla take away. Así que no me demoro más y os presento esta Ensalada de naranja y cebolla morada.
Como os decía, cada vez hace más calor y lo que te apetece es tomar algo ligero y no tener esa sensación de pesadez en el cuerpo. Ya el bochorno nos deja muy aletargados, como para permitir que la comida nos provoque la misma sensación.
Por esa razón, creo que es importante este tipo de recetas. Además, mi madre es de hacer estas combinaciones extrañas, que a priori siempre pienso que deben saber fatal. Sin embargo, luego descubro que vale la pena arriesgarse.
Me encanta la combinación de la naranja con la cebolla, creo que casan a la perfección y eso que no daba ni un duro por ella. Veis, muchas veces tenemos que tragarnos nuestras palabras. Tras esta prueba de ensalada tan exitosa, era mi deber compartirla a través de la red Facilísimo y su nuevo Reto de Recetas Sanas.
INGREDIENTES:
Canónigos.
Una naranja.
Una cebolla morada.
Almendras.
Sal.
Aceite.
Crema balsámica al Pedro Ximénez.
1º. Lavamos bien los canónigos, los cuales serán la base de nuestra ensalada. En realidad, podréis usar cualquier tipo de lechuga o mejor dicho, la que más os guste.
2º. A continuación, cortamos la cebolla morada, pelamos la naranja y la dejamos en gajos. Depués, añadimos todo a la ensalada. Luego, troceamos las almendras y las vertemos por encima.
3º. Finalmente, ya solo nos queda aliñarla. Para ello usaremos sal, aceite y un vinagre especial, denominado crema balsámica al Pedro Ximénez. A mí, me gusta mucho más que el vinagre de módena y me parece mucho más sútil.
El resultado es una ensalada muy colorida y con un sabor sorprendente. El dulzor y la acidez de la naranja retoca los matices de la cebolla morada, la cual no es tan intensa como la cebolla normal. La textura de las almendras es antagónica a la de los canónigos y parece que el vinagre balsámico lo envuelve todo. En definitiva, ¡me encanta!
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