Por fin una receta salada, después de meses sin poder subir nada al blog ayer saqué algo de tiempo para preparar algo digno de subir.
Tenemos la suerte de que los sobrinos nos traen unos fabulosos espárragos de Tudela de Duero, simplemente cocidos y luego con mayonesa están divinos, no tienen nada que ver con los que venden en lata. Tienen un sabor espectacular. Esta vez quería hacerlos algo más elaborados, aunque que tampoco llevase excesivo tiempo hacerlos. Lo que lleva más tiempo de la receta es limpiar los espárragos y hacer la bechamel, por lo demás es muy sencillo.
Vamos a necesitar:
1 kg de esparragos blancos de Tudela
200 gramos de queso en lonchas (gouda está bien)
200 gramos de jamón de York del cuadrado
200 gramos de jamón serrano finito
Queso para gratinar
Para la bechamel:
250 ml de leche
250 ml de caldo de cocer los espárragos
3 cucharadas de mantequilla (o dos de mantequilla y una de aceite)
Una pizca de sal
2 cucharadas de harina.
Pimienta, nuez moscada.
Lo primero que tenemos que hacer es pelar los espárragos para evitar que tengas hebras duras, yo lo hago con un pelador, una vez pelados los cocemos en agua con sal durante 20 hasta que estén tiernos.
Los sacamos el agua y los reservamos.
Preparamos la bechamel con los ingredientes que tenemos preparados, le añadimos también los esparragas sobrantes cortados en trocitos pequeños (hacemos parejas de espárragos, a mi me salieron 6 parejas, ya no me cabian más en la fuente de horno), trituramos para que quede bien fina, dejamos cocer 5 minutos moviendo para que no se pegue.
Vamos liando cada dos espárragos primero en la loncha de queso, luego en el jamón de york y por ultimo en la loncha de jamón serrano, pasamos a una fuente de horno untada con mantequilla.
Cubrimos bien los esparragas con la bechamel y luego esta con el queso rallado, llevamos al horno a gratinar hasta que el queso esté bien dorado. Por último solo queda disfrutar de una fabulosa comida.