Ingredientes:
500 g harina de fuerza
20 g sémola gruesa
15 g levadura fresca
10 g sal
50 g aceite virgen extra
320 g agua
4 cucharadas de aceite de oliva
Romero fresco al gusto
Sal de gema o sal Maldon
Mezclar la harina y la sémola y frotar con la levadura, con la aguda de las yemas de los dedos. Añadir la sal, el aceite y el agua y amasar a mano o con robot (gancho de masa), hasta que la masa este elástica. Retirar del cuenco sobre una superficie ligeramente enharinada y forma una bola, pasar a un bol engrasado, tapar con papel de film y dejar reposar 1 hora.
Sobre una bandeja o papel de hornear aceitado poner la masa aplastándola un poco. Distribuir el aceite sobre la masa y con la ayuda de los dedos, empujar la masa para que se extienda en la placa desde el centro hacia fuera, pero sin tirar, y cubrir con un paño. Dejar reposar 45 minutos. Presionar con las yema de los dedos y dejar reposar otros 30 minutos.
Precalentar el horno a 250º C.
Repartir el romero sobre la masa. Esparcir la sal e introducir en el horno precalentado. Bajar la temperatura del horno a 220 C y hornear 25-30 minutos. Retirar del horno, pasarlo a una rejilla y pincelar con aceite de oliva (puede ser aromatizado, en nuestro caso era de ajo) mientras está caliente.
Trucos / consejos / comentarios:
Me chifla la focaccia. Y a Julián le chifla hacer panes. Así que esto era inevitable :-)
La receta es del libro "Panes, 5 tipos de masa para elaborar 50 tipos de pan" de Richard Bertinet.
Está riquísima, me recuerda al pan de pellizco que compramos en Almería. Cuando empiezas es muy difícil parar. En esta casa no hay quien adelgace... ¿por qué no nos dará por preparar ensaladas? o mejor aún ¿por qué las cosas que no engordan no están tan ricas como las que engordan????