La focaccia más clásica es la salada, con un poco de aceite por encima, unas hojitas de romero y escamas de sal. Se pueden añadir aceitunas negras, unos tomates cherry... Pero lo mejor es poner poca cosa, lo importante es el pan. Las hay gruesas y finas, dependiendo de la zona de Italia y cada vez se encuentran más variantes dulces.
Siguiendo la premisa de menos es más la decoré con perlas de azúcar y almendras laminadas pero con cerezas tiene que ser una delicia, perlas de chocolate, uvas dulces, frambuesas... Eso sí algo que aporte dulzor
Está preparada con masa madre liquida, al 100% de hidratación por tanto, con harina panadera eco Ordesa de harineras Villamayor y agua. Pero si vuestra masa madre está ligeramente ácida os recomiendo que refresquéis unas 3 veces mejor con leche entera. Vamos con lo que necesitamos:
160 g de masa madre
120 g de harina de fuerza (la mía W480 de Villamayor)
200 g de harina eco Ordesa de Villamayor
50 g de aceite de oliva virgen extra (con sabor suave)
180 g de leche
55 g de azúcar
5 g de sal rosa
1 cucharada de esencia de vainilla
Almendras fileteadas crudas y perlas de azúcar para la superficie
Mezclamos con una cuchara los ingredientes en un bol y dejamos que reposen una media hora
Hacemos pliegues en el mismo bol (1 minuto aproximadamente, no hará falta mucho más) para integrar bien los ingredientes y dejamos reposar unos 40 minutos
Hacemos la primera serie de tres pliegues y dejamos que repose la masa y vaya levando
Ya se ve la diferencia, va estando más lisa y elástica. A los 50 minutos volvemos a plegar y la pasamos a un táper ligeramente aceitado. Dejamos que arranque muy bien el levado, que se vea que sube. A la hora y cuarto hice la última serie de pliegues y guardé en la nevera.
A las 14 horas la tenía estupenda para seguir la preparación (había subido unas dos veces y media)
La volqué sobre la superficie de trabajo y dividí en 3 partes (2 eran para regalar) aunque lo ideal es hornearla en una bandeja de horno y rectangular. Una vez acomodada la masa presiono con los dedos untados en aceite
Por encima coloco las almendras y el azúcar
Y dejo que vuelva a levar, una hora y media aproximadamente. A la media hora enciendo el horno a 250 grados, con el chapón de acero inoxidable dentro, calor arriba y abajo
Colocamos la masa sobre el chapón, tapamos con papel de aluminio y horneamos unos 18 minutos. Quitamos el papel y continuamos, 2 ó 3 minutos, hasta que esté dorada la superficie
Al día siguiente estaba deliciosa en rebanadas que tosté ligeramente
Un pan dulce, bastante ajustado de azúcar y grasas, ideal para la hora del café. Prueba con otras coberturas y sorprende a tus invitados