La receta apenas la he modificado. Más que nada, el tema del azúcar, no quería que me empalagaran. Si queréis poner las cantidades originales, sólo tenéis que añadir 50 gramos de azúcar moreno en la elaboración de las galletas y 25 gramos de azúcar glas en el glaseado. Parece más larga de lo que es en realidad, pero he querido separar los ingredientes y la elaboración, para que resulte más fácil.
Vamos con la receta...
Ingredientes:
Galletas:
100 g de mantequilla a temperatura ambiente
100 g de azúcar moreno
1 cc extracto de vainilla
1 huevo grande
150 g de harina de uso normal
35 g de chocolate en polvo (yo he usado Valor)
1 cc levadura química (tipo Royal)
100-150 g de chips de chocolate (dependiendo de lo "cargadas" que las queráis)Glaseado:
50 g de azúcar glass
1 cs de cacao en polvo tamizado
2 cs de agua caliente
1/4 cc de esencia de menta (si no tenéis cuchara medidora, es complicado. Unas gotitas y probáis el resultado para ir modificando según vuestro gusto)
Elaboración:
Galletas:
Batimos la mantequilla con el azúcar. Añadimos la vainilla y el huevo y mezclamos.
En un cuenco, mezclamos la harina, el chocolate en polvo y la levadura. Lo iremos añadiendo poco a poco a la mezcla de mantequilla. Yo lo hice en tres veces.
Incorporamos las gotas de chocolate y removemos con cuchara o espátula, para que se repartan bien en la mezcla.
Con la misma cuchara, vamos haciendo porciones similares. Las redondeamos lo que podamos y aplastamos un poco, para darles la forma de galleta. Las colocamos sobre la bandeja de horno, a la que previamente habremos puesto papel de hornear, dejando espacio entre ellas, porque crecen un poco al hornearlas.
Horneamos unos 12 minutos. Ya sabéis que esto va en función de cada horno.
Cuando estén, las dejamos un par de minutos en la misma bandeja y las pasamos a una rejilla, para que terminen de enfriar.
Glaseado:
En un cazo, ponemos el chocolate tamizado, junto al azúcar glas y vamos añadiendo el agua, removiendo con unas varillas, hasta que la mezcla esté homogénea. No os dé miedo si tenéis que añadir un pelín más de agua, o no ponerla toda, hasta conseguir la textura del glaseado que queréis. Quedará como una salsa ligera, con la que deberéis glasear, en zig-zag o como queráis, las galletas.
Dejamos que escurra bien el glaseado y que seque, si no, se nos pegarán unas a otras.
¡Espero que os guste!
Gracias por entrar en mi cocina