Aunque últimamente no tengo demasiado tiempo para publicar nuevas recetas voy a intentar retomar el ritmo y dejar al menos una cada semana.
Hoy les traigo nuevamente una de galletas, esta vez hechas con mantequilla o crema de cacahuete.
Es de esos sabores que, o no te gustan o te encantan, y que puede usarse tanto en recetas dulces como saladas.
También puedes consumirla tal y como lo hemos visto en miles de películas americanas, es decir, untada en el pan. Particularmente esta es la única manera en la que no me gusta.
¿A que se ven deliciosas?
Los ingredientes para elaborarlas son:
100 grs. de mantequilla sin sal (no hace falta que esté a temperatura ambiente)
200 grs. de mantequilla o crema de cacahuete
100 grs. de azúcar moreno
100 grs. de azúcar blanco
1 huevo
180 grs. de harina simple de trigo
1 cucharadita de esencia de vainilla
1/2 cucharadita de levadura
1 pizca de sal
Derretimos la mantequilla sin dejar que llegue a hervir (yo lo hago usando el microondas y temperatura media durante un minuto aproximadamente).
La pasamos a un bol y le añadimos la mantequilla de cacahuete mezclándolas bien.
A continuación añadimos los dos tipos de azúcar y batimos hasta que estén bien integrados. Si usamos la batidora de varillas nos ahorraremos mucho tiempo.
A continuación añadimos el huevo y batimos un poco más.
Incorporamos también la esencia.
Tamizamos juntas la harina, la levadura y la sal y las añadimos a la mezcla anterior, batiendo a velocidad media hasta que tengamos una masa homogénea.
Pasamos a una superficie plana y amasamos unos minutos. Formamos una bola y dejamos reposar entre 20 a 30 minutos.
Preparamos la bandeja donde vayamos a hornearlas cubriéndola con papel de horno o con una base de silicona especial para ello.
Tomamos pequeñas porciones y formamos unas bolitas que iremos colocando sobre la bandeja, dejando un espacio entre ellas.
Con ayuda de la base de un vaso, un sello especial para galletas o, como en mi caso, con un mazo para majar la carne, aplastamos las bolitas hasta dejarlas de un espesor de unos 5 ó 6 mm.
Esto es a lo que me refiero:
Las pasamos a la nevera y dejamos que enfríen aproximadamente una hora. Esto se hace para que al hornearlas no pierdan la forma.
Precalentamos nuestro horno a 180º e introducimos nuestras galletas durante unos 10 ó 12 minutos. Ya sabes que cada horno tiene su personalidad y puede variar un poco este tiempo.
Retiramos y dejamos en la bandeja unos 5 ó 10 minutos más antes de pasarlas a una rejilla para que acaben de enfriarse.
Ahora sólo queda disfrutarlas.
¡Pero que buenas estaban!