¡¡Que ganas tenía de preparar Galletas de Jengibre!!
Y es que a mí me requetechiflan y son super fáciles de hacer.
Ese olorcito que sale del horno cuando se están horneando estas galletas de jengibre, es que te transportan a la Navidad totalmente.
¿No me digas que nunca las has hecho?
Venga, tienes que ponerle remedio, porque son muy muy fáciles de hacer y además es una actividad ideal para hacer con niños, e incluso con adolescentes enfurruñados con la vida, ese olorcito, les cambiará el humor seguro.
Con esta receta es solo mezclar los ingredientes con unas varillas y listo, por otro lado no lleva huevo, ideal para los que son alérgicos y cambiando la leche por alguna bebida de almendras o similar es también apta para intolerantes a la lactosa.
Pero si prefieres la receta tradicional, la tienes aquí en Galletas de Spéculoos, como veréis, yo usé unos cortadores de Nordic Ware, pero podéis estirar la masa con el rodillo y usar cortadores para hacerlo de la manera tradicional.
Yo estaba deseando que llegaran las vaciones de Navidad, por dos motivos.
Uno porque como estoy estudiando dirección de cocina y trabajando y una casa y una familia…no me da la vida para tanto.
Aunque estoy super contenta con mis notas, la más baja un 8 y las más altas 10…jijijiji.
Y dos porque la navidad es una fecha que me encanta, además de entrañable para mi significa mucho como creyente, es la fecha en la que Dios, amándonos tanto y viendo que era imposible para nosotros acercarnos a Él, envío a su único hijo para reconciliarnos con El.
INGREDIENTES:
50 gr de azúcar blanquilla
40 gr de azúcar moreno
1 cucharadita de bicarbonato
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de canela
Una punta de jengibre, de nuez moscada, de clavo molido y de pimienta
50 gr de aceite de oliva suave o de girasol
50 de leche o bebida de almendras
1/2 cucharadita de esencia de vainilla
50 gr de miel o de miel de caña
ELABORACION:
Mezclamos bien todos lo ingredientes en un bol con la ayuda de unas varillas, hasta conseguir una masa homogénea y que podamos manejar con las manos, la llevamos al frigo una media hora, lo suficiente como para que nos sea posible manejar con el rodillo.
No es conveniente pasarnos de tiempo en el frigo, porque entonces no habrá manera humana de pasarles el rodillo.
Estiramos la masa entre dos papeles de horno, si tu rodillo tiene anillas medidoras pon las de 5mm, si no, tendrás que hacerlo un poco a ojo.
Usa los cortadores que más te gusten, los típicos son los hombrecitos de jengibre, yo he usado también las mujeres, en forma de estrella y en forma de árbol.
Amasamos un poco los recortes sobrantes y volvemos a estirar, así hasta agotar toda la masa.
Engrasa la bandeja o ponle un papel de hornear y dispón las galletas.
Llevamos al bandeja al frigo otra vez durante 15 minutos, para que la mantequilla se enfríe bien, porque si no se empezará a fundir y la galleta perderá su forma.
Precalentamos el horno a 180 grados, calor arriba y abajo sin aire, porque no queremos que sufle, sino que se quede planitas las galletas.
Horneamos durante 10 o 12 minutos hasta que veamos que los bordes estén dorados.
Cuando enfríen un poco con la ayuda de una espátula las pasamos a una rejilla para que terminen de enfriar del todo.
Puedes decorarlas con glasa una vez frías, o bien, hacer los agujeritos de la boca, de los ojos y de los botones con un palillo mondadientes antes de hornear para darles un toque chulo.
Yo como voy: “Arre que es tarde” con esto de estudiar Dirección de cocina, trabajar, llevar una casa con dos adolescentes, simplemente las até con una cinta y las regalé a mis compis de clase y estaban encantados.
Así que os animo muchísimo a que las hagáis en familia y las disfrutéis mucho.
Se os quiere