Kike llevaba ya unos días pidiéndome que le hiciese galletas, así que la mañana del miércoles preparé la masa decidida a hornearlas por la tarde. En esta ocasión, las galletas son las que suelo prepararles habitualmente, con la única variación de que en lugar de usar harina de trigo común, usé para hacerlas harina de espelta.
De paso aproveché para preparar mi participación en el reto cocinarte que prepara la compañera María, de In my little Kitchen.
En esta ocasión, el cuadro elegido por María ha sido El censo de Belén, de Bruegel el Viejo, que dadas las fechas en las que nos encontramos, es un cuadro navideño.
Yo quería hacer un pueblo entero de casitas cubiertas de nieve, rodeadas de árboles también nevados, pero cuando me puse a montarlo, me entró la flojera, y la cosa se quedó en bastante menos, de pueblo pasó a aldea y de aldea a pedanía...jajaja.
Ingredientes galletas de mantequilla con harina de espelta
- 150 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 130 gr. de azúcar
- 1 huevo tamaño M
- 300 gr. de harina de espelta (la mía Bio)
- 1 cuchara de postre de esencia de vainilla
- 2 cucharas de postre de levadura en polvo
Elaboración paso a paso
1. Mezclar la mantequilla con el azúcar con unas varillas.
2. Añadir el huevo e integrar bien.
3. Incorporar la esencia de vainilla.
4. Incorporar poco a poco los sólidos (harina y levadura) tamizados a la masa. Llegará un momento en que debamos pasar a amasar a mano.
5. Cuando hayamos añadido e integrado todos los sólidos, formar una bola con la masa y dejarla reposar un mínimo de 1 hora en el frigorífico envuelta plástico en film.
6. Estiramos la masa sobre la mesa de trabajo, enharinada, con un rodillo y cortamos con los cortapastas.
7. Hornear 10-12 minutos a 180ºC (el horno debe estar caliente) o hasta que veamos que empiezan a dorarse los bordes. Al sacar del horno dejamos unos minutos encima de la bandeja y enfriamos completamente en rejilla.
Para unir las piezas y decorar he usado una glasa muy sencilla, que preparé añadiendo un poco de agua al azúcar glass, y removiendo. Hay que dejar un ratito para que se seque, pero al final las casas quedan resistentes. La nieve es también azúcar glass.
Al final el pueblo tenía hasta un habitante, cosas de Carla...
Y podéis ver aquí el resto de las aportaciones al reto de mis compañeras. No dejéis de visitarlas que son todas maravillosas.
Un beso,
Eva
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