Mientras se están horneando empiezan a dejar un olor por toda la cocina... que es impresionante! Tienen mucho olor, mucho sabor y una textura estupenda.
Son como las clásicas pastitas de té, que vienen rellenas de mermelada, con chocolate, o solas. Y lo mejor de todo es que sirven para decorar con lo que queráis, glasa real, chocotransfer, papel de azúcar, fondant...
La receta la encontré en el blog de Galletilandia, y estoy segura que a partir de ahora haré muchas más recetas de galletas!
Ingredientes:
- 200 gr de mantequilla con sal
- 200 gr de icing sugar (azúcar glass)
- 1 huevo mediano (60 gr apróximadamente sin la cáscara)
- 500 gr de harina de repostería
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla
Preparación:
1. Batimos la mantequilla con el icing sugar, hasta que veamos que estén integrados, sin añadir aire de más. Mejor si nos ayudamos de una batidora eléctrica, ya que aunque se puede hacer a mano, resultaría mucho más trabajoso y nos llevaría más tiempo.
2. Añadimos el huevo ligeramente batido, junto con la vainilla, y batimos bien hasta integrar. Mejor si batimos siempre a velocidad baja.
3. Por último, añadimos la harina tamizada y batimos. Cuando veamos que se ha integrado bien, sacamos la masa y con las manos la amasamos un poco hasta darle forma de bola, podemos separar la masa en varias partes para que sea más cómodo. Envolvemos en papel film y dejamos que repose en el frigorífico mínimo 30 minutos.
4. Precalentamos el horno a 120º.
5. Pasados los 30 minutos, sacamos la masa del frigorífico y la extendemos entre dos papeles de horno con la ayuda de un rodillo. Para que la masa quede del mismo grosor por todos lados, nos podemos ayudar de un rodillo con anillas o de unas tablillas niveladoras, así nuestras galletas se hornearán todas por igual.
6. Una vez extendida bien la masa (unos 5 mm), con nuestro cortador favorito, vamos cortando las galletas y pasándolas a una bandeja de horno con papel o un tapete antiadherente. El que la masa haya descansado en el frigorífico y esté fría cuando la cortamos, ayudará a que nuestras galletas no se deformen al pasarlas a la bandeja de horno.
7. Metemos la bandeja con nuestras galletas en el frigorífico unos minutos (10-15 min) para que vuelvan a enfriarse bien y así durante el horneado no se deformarán y quedarán muy rectas y planitas.
8. Pasado el tiempo, las metemos al horno y horneamos durante 12-15 minutos, o hasta que los bordes de las galletas empiecen a dorarse.
9. Una vez listas las sacamos del horno y las pasamos a una rejilla para que se enfrían por completo. ¡Y listo!
También podéis usar sellos para estampar diseños, como el que yo he usado en este caso. Creo que quedan muy bonitas y rústicas, y así queda claro que se han hecho con mucho cariño y amor! :)
¿Qué os ha parecido? ¿Os gustan este tipo de galletas?
¡Espero que os animéis a hacerlas!
Nos vemos pronto, guapis!! :)