Nos vamos al Reino Unido (UK) con Cocinas del mundo. Confesaré que este destino no casa mucho con mi estilo gastronómico, con una excepción: ¡La repostería! Scones, galletas de mantequilla, crumble, bizcochos, tartaletas, crumpets, pastel de zanahoria o pikelet... Eso sí me gusta y mucho.El shortbread, que son galletas de mantequilla típicas de Escocia, es dulce. Son pastas de té, de hecho. Justo acababa de hacer 60 galletas de mantequilla cuando anunciaron el nuevo destino del reto y el olor que inundaba la casa me inspiró. Pero no hice unas galletas cualquiera; hice estas galletas de parmesano de la chef británica Nigella Lawson. Hice la mitad según su receta y después las he hecho un par de veces más con harina integral (de espelta) en lugar de harina de trigo. ¿El veredicto? Facilísimas, rapidísimas y adictivas. En los dos casos.
Para unas 30-40, según el grosor y el radio:
150 g de harina corriente de trigo (con harina de espelta quedan igual)
75 g de parmesano en polvo
100 g de mantequilla (ablandada a temperatura ambiente, no derretida) * La receta original dice mantequilla sin sal, pero aquí es muy difícil de encontrar y con sal quedaron muy buenas.
1 yema de huevo
(Cuando hago la mitad, hago: 75 g harina, 50 g mantequilla, 40 g parmesano, 1 yema)
La preparación:
1. Mezclamos los ingredientes con un tenedor o una cuchara; sobra con la mano. No hay que batir ni triturar, solo mezclar
* Es importante que la mantequilla esté blanda y no fundida, porque queremos poder mezclarla sin cambiar su estructura molecular, que la masa no se expanda en el horno y que el resultado sea una textura de masa brisa/agalletada.
2. En el mismo recipiente amasamos durante unos 30 segundos para integrar todos los ingredientes. Si hacemos la receta completa, dividimos la masa en dos; si hacemos solo la mitad, no hace falta.
3. Rodamos la masa hasta formar un cilindro lo más uniforme posible, de unos 3,5 cm de diámetro. Golpeamos ligeramente los extremos con la mano o contra la mesa para aplanarlos. Cómo veréis en la foto, también se puede hacer un cilindro más grande, lo único que pasará es que saldrán menos galletas.
4. Enrollamos el cilindro en plástico de cocina y cerramos en los extremos como si fuera un caramelo. Lo dejamos reposar en el frigorífico durante 45 minutos (o 15 minutos en el congelador, si tenemos prisa).
5. Pasado ese tiempo, desenvolvemos el cilindro y cortamos en rodajas de aprox. 1 cm de grosor (a mí me gustan gruesas, así que no me molesta sí salen un poco más grandes).
Consejo propio: Gira ligeramente el cilindro después de cortar cada galleta para evitar que la base del cilindro acabé plana.
* Opcional pero recomendable: Antes de hornear, dales 10 minutos más en el congelador o 30 en el frigorífico, sobre todo si has hecho las galletas con dibujo.
* Les podéis dar otra forma o hacerlas con dibujo o mensaje, como estas otras que hice yo con harina integral y un sello:
6. Colocamos las galletas sobre papel de hornear en una bandeja de horno y dales 15-20 minutos en el horno ya precalentado a 180°C. Las galletas deben quedar blanquitas, pero los bordes se dorarán ligeramente cuando estén. Si se usa harina de espelta u otra harina integral, quedarán algo más oscuritas.
Ya solo queda dejarlas enfriar, preferiblemente sobre una rejilla, para que no suden. Es difícil resistirse, pero están aún mejor en frío, cuando han alcanzado su textura ideal.
Si quieres preparar la masa con antelación, puedes dejarla en el frigorífico enrollada en el plástico de cocina durante 1-3 días antes de cortar.
¡Buen provecho!
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Bergua*