Si alguna vez has pensado echarte al monte y venirte a vivir a un bosque buscando intimidad, tranquilidad ,anonimato...olvidate.
Lo cierto es que aquí hay mas control que paparazzis a la puerta de la Pantoja.
Son los dichosos cuentistas, siempre a la caza de algún animalito cometiendo un desliz para sacarle punta, con esos relatos llenos de moralina en los que retuercen y tergiversan cualquier anécdota sin importancia a su antojo dejándonos fatal. Especialmente a mi.
Uno de los ejemplos mas flagrantes es el cuento de los tres cerditos . Yo intentando zampármelos, y ellos metidos a albañiles. ¡Me parto!
La realidad es que los hermanitos son buenos amigos mios y desde luego no han construido nada en su vida, porque heredaron un pedazo de chalé de su padre que tenía la contrata de autobuses - bosque de los cuentos-castillo con princesa-corte inglés- y que estaba forrado.
Respecto al origen del bulo tengo que reconocer, con cierto sonrojo, que algo hay de verdad. Pero poca.
Resulta que había decidido hacer galletas y estaba emocionado con el asunto, llevaba todo el día horneando como un poseso. Como soy un friki de las mezclas me había emperrado en hacer unas galletas de gin tonic. Acababa de ver "Match point", la mejor peli de Woody Allen de la historia y me habían entrado unas ganas locas de hacer mi propia versión de los "ginnis"
Llevaba ya varias pruebas infructuosas cuando llegaron los cerditos. Ni que decir tiene que aquello se convirtió en una cata...a ciegos.
A ciegos que nos pusimos probando unas y otras. Yo soy de MG, un clásico de toda la vida porque me gustan poco aromáticas, muy secas, como Seagrams o en caso de apuro Bombay.
De las nuevas, las del boom también me gusta alguna, London 1 o incluso Hendriks, que me había traído con la intención de hacer unas pastitas que combinasen ginebra y pepino.
La cosa es que nos cogimos tal pedal que cuando llegamos al chalé el cerdo mayor iba soltándonos un rollo tremendo sobre la puerta nueva que había puesto, que si blindada que si patatín, que si patatán. Y le digo " Esa la tumbo yo a soplidos". Ni de coña claro. Soplé y soplé y lo único que sacamos en claro fueron unas buenas risas.
Pero con tan mala suerte que se enteró del asunto un cuentista de esos y como no le pareció suficientemente edificante hizo los cambios que conocéis y otra vez de "Lobo Feroz".
Por lo menos al día siguiente pude desayunarme estas galletas para quitarme un poco la resaca.
PD.: A petición popular proximamente galletas de ¡Mojito!
Galletas de gin tonic
100 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
50 gr. de azúcar
160 gr. de harina tamizada
1 huevo
6 c.s de ginebra aromática
3 c.s de ralladura de limón
2 c.s de azúcar glas
Batir la mantequilla con los 50 gr.de azúcar hasta que blanquee, añadir el huevo y seguir batiendo hasta que la mezcla esté uniforme.
Sin dejar de batir añadir 2 c.s. de ralladura y 3 de ginebra. El resultado será una masa bastante consistente.
Precalentar el horno a 150º. e ir formando bolitas de masa, aplastándolas en forma de tortita y colocarlas sobre la bandeja del horno. Hornear 10 o 12 min. hasta que empiecen a tomar color.
Mientras hacer el glaseado mezclando en un cuenco las 3 cucharadas restantes de ginebra, el resto de la ralladura y el azúcar glas.
Poner a enfriar las galletas en una rejilla y cuando estén frías cubrir con el glaseado.
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