Posiblemente sea la única que no lo sepa, pero estas galletas se llaman galletas digestivas, sí, sí, están en la Wikipedia que todo lo sabe. Yo pensaba que lo de galletas digestive era invención de la marca, pero su originalidad solo les alcanzó para cambiar la letra final. Se crearon a finales del siglo XIX y se creía que tenían propiedades antiácidas ya que en las receta original se usaba el bicarbonato.
Yo las comía antes mucho, eran las que siempre desayunaba, especialmente unas que tienen avena, pero desde que empezó la vida sin trigo las desterré de mi vida. El otro día vi una recomendación que hacían de diferentes galletas y unas de ellas eran estas (Amara, no te puedo estar más agradecida), y rápidamente pensé que con un leve tuneo las podría volver a comer y dicho y hecho, es la segunda vez que las hago. Cumplieron mis expectativas con creces, tanto por lo ricas como por lo fáciles que son de hacer.
La primera las hice sin chocolate y quedaron buenísimas, de hecho son las galletas que voy a usar para hacer las bases de tartas, como la New York Cheese Cake que tengo en la nevera a la espera del juicio final. Esta tanda la hice con chocolate y están realmente buenas, para desayuno, merienda y cena. Guardé una caja en la nevera para hacer las fotos y la textura que se queda me gusta mucho, creo que más que las que tengo fuera (es cierto que en mi cocina hace mucho calor) que quedan más terrosas.
Ingredientes
– 500 gr. de harina de espelta integral
– 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
– 75 gr. de sirope de ágave
– 1 cucharadita y media de sal
– 2 cucharaditas de levadura en polvo
– 2 cucharadas de leche
– 1 cucharadita de vainilla
– 1/2 tableta de chocolate fondant
Modus Operandi
1) Mezclamos la harina con la mantequilla 15 seg. V6 con Thermomix. Sin Thermomix mezclar en un bol con batidora o con varillas.
2) Añadir el resto de los ingredientes excepto el chocolate y mezclar otros 15 seg. V6. Sin Thermomix lo puedes hacer a mano mezclando sin problema.
3) Poner la mezcla en un papel film y a la nevera unos 30 minutos.
4) Enharinar la encimera. Ir cogiendo porciones de la masa y con un rodillo la vas estirando y con un cortapastas vas haciendo las galletas. A mí me resulta complicado hacerlo con toda la masa a la vez, se queda pegado al rodillo y al final es desastre total. Se unen los recortes y se vuelve a estirar para seguir haciendo las galletas.
5) Se ponen en la bandeja del horno con papel de hornear dejando un poco de espacio entre ellas aunque no crecen demasiado.
6) Se hornean 15 minutos a 180º. A mí esta cantidad me da para dos tandas.
7) Se funde el chocolate al baño maría. Hay gente que lo hace en el micro o en la Thermomix, pero para esto me resulta más cómodo el método tradicional. Cuando las galletas están frías y ya se habrán endurecido, se van pintando con el chocolate. Yo las suelo meter por un cara y voy quitando excesos con una brocha de silicona. Aquí cada maestrillo tiene su librillo.
8) Las metemos así al frigorífico para que endurezca el chocolate. Luego ya es opción personal de cada uno dejarlas en el frigo o fuera. De cualquier manera duran poco.
Y como estas son unas galletas para todos los días, la música tiene que ser la que tengo para todo momento. Esos discos que te gustan desde la primera hasta la última canción y que nunca cambias en el iPod.