A pesar de repetir temática bigotera, este año he tratado de hacer unas galletas diferentes a las anteriores, y creo haberlo logrado. Tampoco demasiado complejas en cuanto a diseño, pero un poco más difíciles técnicamente.
Para empezar hice la masa con mi receta clásica, y para cortarla utilicé un cortador con forma de bigote que compré en algún saldo del Michael’s por menos de $1.
Luego puse el palito a las galletas, como para presentarlas a modo de bouquet. Poner el palito es realmente fácil; aunque hay mil maneras estupendas yo lo hago siguiendo los pasos de este tutorial.
Luego hice icing negro, cubrí con él todas las galletas y dejé secar. El icing negro a veces cuesta un poquito, pero siguiendo estos sencillos pasos podemos obtener un negro bonito de verdad. En este caso, oscurecí la glasa añadiendo un poco de cacao; es verdad que hace más fácil el proceso pero se nota en el sabor, y yo no soy muy fan de mezclar el sabor del chocolate con una galleta con lima. El próximo día las haré con ralladura de naranja.
Para la fase de decoración tenía una sola idea en la cabeza: stencils. Usar varios de mis stencils o plantillas, que me encantan y no siempre tengo ocasión. La mayor parte de ellos son de The Cookie Counntess, me parecen de una calidad estupenda y son chulísimos. Sólo les falta mejorar un poco su política de envíos internacionales, porque a día de hoy es lento o carísimo. Ahora que ya voy teniendo un número decente de cookie cutters, los stencils son mi nuevo vicio y espero ir aumentando mi colección. ¡Se aceptan regalos!
Como tengo el aerógrafo estropeado -a este tema le dedicaré un capítulo próximamente- decidí usar los stencils con spray. El color, dorado sin dudarlo. Soy una apasionada del estilo art déco y me vuelve loca el oro en las galletas, como ya conté en este tutorial para hacer detalles decorados en oro.
Así que rocié los bigotes con spray comestible oro. Para hacerlo bien es imprescindible:
-Que el stencil no se mueva. Para ello podemos sujetarlo firmemente con la mano -poco recomendable-, o usar unos imanes
-Que el spray sea bueno. Tanto el Wilton como el Food Colors me parecen estupendos, aunque el segundo me deja la cocina hecha un desastre porque la pulverización es mucho más fina
-Rociar desde una distancia de unos 15-20 cm para que quede uniforme y no se hagan charcos, y con la mano siempre en el mismo ángulo
-Esperar unos segundos antes de levantar el stencil y hacerlo con muchísimo cuidado, para que no se mueva la pintura
Estos bigotes para papá son de todos modos un último experimento antes de que reciba -hoy me llegará, espero- el caprichito que he decicido regalarme: el maravilloso stencil genie, con el que espero aerografiar muchísimo y que me quede siempre perfecto. Ya os iré contando mi experiencia.
¡Se me olvidaba! Las galletas del Día del Padre fueron un gran éxito. Aunque al final sean los hijos las que se acaben comiendo casi todas.
Por si te han dado envidia mis stencils, una pequeña guía para que puedas adquirirlos.
Stencil 1, de thecookiecountess.com
Stencil 2, de thecookiecountess.com
Stencil 3, de thecookiecountess.com
Stencil 4, de thecookiecountess.com
Stencil 5, de thecookiecountess.com
Stencil 6, de thecookiecountess.com
Stencil 7, de Michael’s
Stencil 8, de origen desconocido, pero disponible también en thecookiecountess.com
Stencil 9, de thecookiecountess.com
Stencil 10, de thecookiecountess.com
Stencil 11 de origen desconocido, pero disponible también en thecookiecountess.com