Las gambas con gabardina es un tapeo tradicional muy típico en España. En Murcia se les llama “caballitos” y en México camarones. Seguramente todos las hemos comida en bodas, comuniones y demás eventos de postín. Y es que las gambas en gabardina son perfectas para servir en un cocktail, pues son una tapa de bocado, fáciles de comer, agarrándolas por la colita. Aunque bien podemos usar langostinos o camarones, si no encontramos gambas o los encontramos bien de precio.
Yo os comparto mi receta de gambas con gabardina que está espectacular, con un crujiente rebozado de cerveza y con un toque especial de ajo y perejil. Es una tapa que hay que comerla recién frita, así que os aconsejo que las hagáis justo antes de servirlas. O preparar la masa con antelación y guardarla en la nevera para que repose y esté luego muy fría. Si la dejamos reposar, la masa estará todavía mucho más rica.
Mi truco para que salgan unas gambas con gabardina con un rebozado crujiente por fuera y esponjoso por dentro, es usar cerveza bien fría. Es lo que se llama masa orly. Es un tipo de rebozado especial para pescados – calamares, tiras de merluza, gambas en gabardina, etc. – como el rebozado de la tempura de verduras. Es una masa a base de harina, huevo, sal, un poco de levadura y cerveza bien fría. También le añadiremos un poco de colorante o cúrcuma para darle ese color característico a de las gambas rebozadas a la gabardina.
Para los rebozados uso una cerveza de calidad, que es la misma que comparto con mis amigos cuando hacemos un aperitivo y sirvo estas gambas con gabardina. Una Cruzcampo Gran Reserva bien fresquita, con ese sabor intenso tan rico por el proceso de tueste de la malta tan característico de Cruzcampo mmm ¡perfecta para esos momentos que todos nos merecemos!
Es importante no pelar las gambas o los langostinos totalmente. Vamos a dejar siempre las colitas sin pelar, para poder agarrar las gambas con gabardina de la cola a la hora de comerlas – y también para mojarlas en la masa del rebozado de cerveza -. No se os ocurra tirar las cáscaras y cabezas de las gambas, pues nos servirán para un buen fondo de marisco o fumet para un arroz o una sopa super rica.
Por último nos queda freírlas en abundante aceite caliente. Tenemos que controlar el fuego para que no esté demasiado fuerte y no se doren demasiado por fuera y queden crudas por dentro; y que no esté demasiado bajo para que nuestras gambas en gabardina no queden aceitosas. De esa manera quedarán bien crujientes. Las freimos un par de minutos por cada lado y listo. ¡A servirlas con una buena cerveza Cruzcampo Gran Reserva y a disfrutar de un aperitivo de lujo!
Receta gambas con gabardina
Aquí os dejo mi receta de gambas con gabardina con crujiente rebozado de cerveza y un toque de ajo y perejil, paso a paso por escrito y en video. ¡Qué las disfrutéis!
Gambas con gabardina
Gambas en gabardina en crujiente rebozado de cerveza y un toque de ajo y perejil
500 gr. gambas o langostinos (sin pelar)
110 gr. harina
100 ml. cerveza fría ((aprox.))
1 huevo
1 ajo
8 hojitas perejil
1 cdita. sal
1 cdita. levadura química o bicarbonato
1/4 cdita. colorante o cúrcuma
Pelamos las gambas, langostinos o camarones dejándoles sólo la colita y quitándoles la tripa. Las lavamos bien y reservamos.
En un mortero machacmos bien un diente de ajo con las hojitas de perejil bien lavadas y un chorrito de aceite de oliva.
En un bol añadimos la harina, la sal, la levadura, la picada de ajo y perejil y un huevo. Mezclamos un poco.
Vamos añadiendo cerveza muy fría hasta obtener una masa con la densidad adecuada para el rebozada (no muy líquida ni muy espesa).
Opcionalmente le añadimos un poco de colorante para darle ese color dorado característico de los rebozados. Mezclamos bien y dejamos reposar la masa en la nevera 30 minutos.
Ponemos abundante aceite en un cazo y cuando esté bien caliente (170ºC), agarramos las gambas por la colita, las mojamos en el rebozado, escurriendo bien el exceso, y las vamos friendo un minuto por cada lado o hasta que estén bien doradas. Hay que vigilar bien la temperatura del aceite.
Cuando estén listas las dejamos sobre papel absorbente para que suelten el exceso de aceite. Hay que comerlas recién hechas y las podemos servir con alguna mayonesa casera o salsa tártara.
Las cáscaras y cabezas de las gambas las podemos reservar en el congelador para hacer caldo de marisco en otro momento.
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