Por supuesto, aquí no hay jengibre ni chocolate, sino deliciosas galletas de mantequilla y glaseado con royal icing.
Para comenzar, utilizaremos un cortador de Gingerbread Man al que daremos un corte limpio por la mitad. También debemos hornear galletas de forma circular con un diámetro adecuado para poner en las tazas que tengamos en casa.
Una vez hayamos horneado nuestros muñequitos, los cubriremos por completo con icing en textura de relleno en el color que más nos apetezca. Yo con marfil y marrón conseguí este tono ocre que me encanta.
Cuando la capa de icing esté completamente seca -en la foto podéis ver a los muñequitos felices tras salir de mi nuevo deshidratador, pronto os hablaré de él- procederemos a decorar el resto del muñequito:
-Las líneas de los brazos con icing de delineado o 10 segundos y boquilla #1
-Los botones, pajarita, ojitos y boca con icing de relleno o 5 segundos y boquilla #1
Dejaremos secar por completo todos los elementos antes de continuar con la decoración.
Comenzaremos ahora la segunda parte de esta galleta. Para ello cubriremos las galletas redondas con icing de relleno en color chocolate. Cuesta un poco lograr el color, el truco consiste en poner mucho colorante marrón y un poquito de negro para ayudar a oscurecerlo.
Con el icing muy fresco, colocaremos con suavidad nuestro hombrecillo sobre la galleta redonda.
Con sumo cuidado, inclinaremos al hombrecillo hacia adelante y atrás un par de veces, para que se empape de icing por la parte delantera y trasera. De esta forma quedará mejor sujeto. Y además me parece que queda más bonito con esa curvita sobre su panza.
Sin soltar al Gingerbread Man, pondremos unos cuantos marshmallows pequeños sobre el chocolate. Aunque sean muy decorativos, los colocaremos estrategicamente para que nos sostengan al muñequito. A pesar de todo tendremos que estar un par de minutos sujetando al hombrecito, que es rebelde y tiende a caerse.
Dejaremos secar varias horas antes de volver a tocar las galletas, para asegurarnos de que el icing está perfecto y nuestros hombrecitos no se van a caer. Y una vez secos, ¡ya podemos ponerlos en la taza para que el efecto sea completo!
Siempre me ha parecido simpático el Gingerbread Man, así que me encanta verlo tan a gusto.
Este Hombrecillo de Jengibre me parece un regalo estupendo para esta Navidad. Y una excelente manera de desear a los lectores de doctorcookies, con todo cariño, mucho ánimo con estos días de tanto trabajo antes de las fiestas. ¡Feliz Galleteo!
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