Hoy termina el plazo para participar en el concurso "Tu mejor guacamole" que organiza el blog más salsero y colorido y, claro está, no queríamos dejar pasar la oportunidad de participar.
No es la primera vez que hacemos guacamole, lo hemos hecho clásico y lo hemos hecho "de aprovechamiento", aunque en este caso no era exactamente un Guacamole.
En cualquier caso, y como ya conté el otro día, yo, en estas fechas me pongo muy kitsch (alguno dice hortera) y esta era una oportunidad magnífica para mostraros a Pancho.
Pancho lleva mucho en casa, es una copa sospechosamente parecida a la que se utiliza en una conocida franquicia de restaurantes mexicanos de Madrid para servir margaritas. Nadie sabe como llegó a casa (¿alguien sabe cuando prescriben los delitos por hurto de copas de tequila?), pero mola, es absolutamente... colorido, como los propios restaurantes mexicanos.
Y es que el guacamole es colorido, una salsa con carácter y personalidad. Refrescante, picante... y muy personalizable.
Precisamente eso hemos buscado, personalizar un guacamole, no sólo en la salsa, sino en el acompañamiento, prescindiendo o acompañando a los típicos nachos por (o con) unos crujientes de zanahoria morada y amarilla (qué emoción cuando descubrí zanahorias de colores en el mercado).
En fin... ¡al lío!
Ingredientes:
2 Aguacates maduros.
1 Tomate grande maduro.
1/2 Bulbo de hinojo.
1 Lima.
1 Chile rojo grande.
Eneldo fresco.
Pipas de calabaza.
Sal.
1 Zanahoria amarilla.
1 Zanahoria morada.
Elaboración:
1.- Pelamos y despepitamos un tomate, picamos muy fino.
2.- Picamos muy fino medio bulbo de hinojo mediano, un poco de eneldo y el chile rojo sin pepitas.
3.- Pelamos y picamos los aguacates, mezclamos todos los ingredientes, machacamos con un tenedor haciendo una pasta, rallamos una lima por encima e incorporamos su zumo.
4.- Ponemos un punto de sal, removemos y servimos frío, incorporamos unas pipas de calabaza por encima, que le dan un toque crujiente.
Para hacer los chips de zanahoria:
1.- Lo más correcto es hacer lonchas muy finas, colocar y hornear a muy baja temperatura (50º - 60º C) durante unas horas, hasta que se deshidraten del todo, aunque podemos optar por el otro extremo, que es colocar sobre una rendija y hornear a 200ºC durante 8 - 10 minutos.
Si se opta por el segundo método, hay que esforzarse mucho en cortar todas las lonchas del mismo grosor y estar muy atentos, porque se queman.
Hemos sazonado con curry, cayena molida y mostaza en polvo.
Conclusiones:
Puedes añadirle más picante con Tabasco, en este caso el ahumado, que pica menos y tiene unos toques muy especiales.
Sea cual sea el resultado del concurso, reivindico el premio a la foto más Kitsch, a eso no me gana nadie :P.
El guacamole hay que comerlo escuchando una canción mexicana, especialmente una de despecho, porque las canciones de despecho se cantan con acento mexicano.