¡¡ Bienvenidos todos, bienvenidos !! Con una pegadiza música, éste era el estribillo que tenía el fantástico Hotel Gran Bahia Principe Akumal, donde decidimos mi marido y yo pasar la última semana del año en México; la canción se podía escuchar en recepción en todo momento.
Buscamos y miramos en google map el hotel más alejado de toda civilización y nos decidimos por él, al estar situado a más de 130 Kmts de Cancún, aunque con poca zona de playa con arena blanca, los corales llegaban hasta la misma orilla, por lo que nos pareció ideal para bucear cada día en sus aguas cristalinas. Nos gustó que estuviese a escasos Kmts de Belice, lugar al que pudimos llegar en un 4x4 por carreteras sin asfaltar a través de la selva, allí navegamos entre sus manglares, buceamos en su turquesas y cálidas aguas y nadamos con delfines y tortugas.
Es precioso el estado de Quintana Roo, especial para realizar otra de nuestras actividades preferidas la arqueología en plena naturaleza; visitar las maravillas arqueológicas de la peninsula de Yucatán fué increiblemente maravilloso: Chichen Itza, Tulum, Coba, así como pasar de un año a otro (horario español) dentro de la reserva de la biosfera de Sian Ka´an donde se encuentra un sitio arqueológico relativamente poco visitado por el turismo: Chunyaxché, en todo lo alto de un templo maya, resultó ser una experiencia inolvidable.
Pero, no fue del todo perfecto....una de mis maletas, la más necesaria e importante no llegó a México con nosotros. Gracias a nuestro buen amigo Javier (Comandante de la compañía aérea con la que volamos), ésta llegó al día siguiente, pero no a nuestro poder, ya que las gestiones burocráticas, administrativas, como personales tanto del personal del aeropuerto, como del hotel, como de la agencia de viajes...fueron nulas: “no se procupen, tranquilos, mañana tendrán su maleta, ya están mirando, mañana, mañana, no hay problemas......” ¡¡¡ Qué padre !!! como dicen los mejicanos cuando algo es estupendo.
Mi maleta volvió gracias a Javier a España una semana después de que nosotros regresáramos, estuvieron todo el tiempo en Cancún. Para los mejicanos, para la agencia de viajes y para la compañía aérea igual aún está perdida ¿la seguirán buscando?.
Así que mi marido, aunque parezca muy serio a priori, como buen andaluz tiene muchos “golpes”, un humor muy inteligente y preciso....cambió la letra del estribillo: ¡¡¡ Bien ..didos todos, bien ..didos !!!
Pero no por ello dejamos de disfrutar de tan maravilloso pais, de su gente, de su cultura y de su gastronomía, entre sus platos y uno de los que más me gusta: el guacamole.
La palabra guacamole proviene de náhuatl ahuacamolli, que traducido significa salsa de aguacate, su principal ingrediente es el aguacate, también ésta fruta es conocida como aguaco o ahuaca, palta, cura, avocado o abacate; hay evidencias de que se cultivó en México tan temprano como en el 1.500 a.C. Los principales productores europeos se encuentra en Andalucia, la costa de Granada y en la comarca de la Axarquía malagueña ( de aquí son los que siempre consumo en “Mi cocina”)
En México el guacamole es un sabor de dioses que lo acompañan de mil formas, es la mayonesa de México, en “Mi cocina” fue un riquísimo entrante.
¿Como lo hice?
Sacar la pulpa del aguacate, echar un chorreoncito de limón y machacar con un tenedor.
Pelar, quitar la semilla a un tomate maduro y cortar en trocitos pequeños.
Cortar media cebolla blanca (dulce) en trozos pequeñitos.
Picar muy finamente un buen puñado de cilantro fresco (las hojas).
Mezclar bien todo el conjunto, salar al gusto y listo para disfrutar.
¡¡ Buen provecho !!