Vaaaale, no os traigo una receta de esas "de finde" como podría ser una pizza, pero es que estoy enganchada a esta receta a más no poder. Siempre los preparo para cenar, he llegado a hacerlos varias veces a la semana, y podría comerlos día sí día también, pero claro, a mi catador al final le saldrían por las orejas y no es plan :D
Mi madre me enseñó a cocinar las habas con jamón, pero un día, debido a problemas estomacales, decidió cambiar su receta de habas por guisantes. Desde ese momento, no paraba de recordarme que los hiciera, que los probara, que salían riquísmos.
Yo era algo excéptica ya que los guisantes siempre me han gustado como guarnición, pero ¿un plato sólo de guisantes? No me sonaba muy bien. Pero bueno, todo era probar.
Lo que vino después ya os lo podéis imaginar ;)
Plato que preparo, plato que se acaba en el momento.
Así que ahora me toca a mi recomendaros que los hagais, porque a parte de estan buenísimos, se hacen en un momento.
¡Buen fin de semana y a disfrutar!
Ingredientes:
300 gr. de guisantes "muy tiernos" congelados
1 cebolla
Aceite de oliva
1 chorrito de vino blanco
Sal
75 gr. de taquitos de jamón serrano
Elaboración:
Ponemos aceite en una sartén. Pelamos, lavamos y troceamos la cebolla, y la echamos a la sartén que vaya pochándose. Echamos los guisantes, agregamos dos puñaditos de sal y removemos. Por último, añadimos los taquitos de jamón. No tengáis miedo de que quede muy salado, le da el toque justo. Agregamos el chorrito de vino, tapamos y dejamos que se haga a fuego medio. Después de unos 20-30 minutos cuando veamos que ya están hechos y empiezan a dorarse probamos y rectificamos si fuera necesario. Yo le eché otro hilo de aciete de oliva para que le diera más sabor. Apagamos el fuego y servimos.