Sí, en los veranos madrileños esto es un problema. Por la mañana, si eres un valiente como yo, te tomas tu café con leche calentito y unas tostadas con un buen aceite de oliva y lo disfrutas. Pero, ¿qué haces con el café de después de comer cuando fuera hay, mínimo, 35ºC? ¿Te tomas un café calentito? ¡¡¡estarías loco!!!
Yo lo soluciono con un rico helado casero de café con leche que le he copieteado a mi amiga Chus. Tiene en su blog, Para estar por casa, un montón de helados ricos, además de otras exquisiteces que no os podéis perder. Avisados estáis.
Lo bueno de prepararlo en casa es que ajustas el grado de intensidad del café y el punto de azúcar que prefieras porque los helados de café que venden, para mi gusto, son excesivamente dulces. Pero bueno, yo echo solo una cucharita de café en mi azúcar y si es soluble, ni eso, así que si preferís el café un poquito más dulce que yo, tenedlo en cuenta y ajustad la cantidad de azúcar de la receta a vuestros gustos.Cómo preparar helado casero de café con leche
500 ml. de leche
6 cucharadas soperas de café soluble
2 cucharadas soperas de azúcar invertido
100 g. de azúcar
500 ml. de nata (crema de leche)
Mezclamos la leche con el café y el azúcar invertido. Reservamos en el frigorífico.
Montamos la nata (crema de leche) -que ha de estar buen fría- junto con el azúcar.
Yo lo hago con la thermomix: ponemos la nata (crema de leche) muy fría y el azúcar en la jarra con la mariposa en las cuchillas. Seleccionamos velocidad 3 sin tiempo y vigilamos para que la nata (crema de leche) se monte sin llegar a hacerse mantequilla.
También puedes hacerlo con las varillas eléctricas. Puede que tardes un poco más, pero antes de tener la thermomix, yo siempre lo hacía así.
Mezclamos la nata (crema de leche) con el café con movimientos envolventes procurando que se baje lo menos posible.
Mantecamos el helado. Tenemos dos posibilidades:Con heladera: la ponemos en marcha y vertemos la mezcla por el bocal. Dejamos trabajar a la heladera hasta que el helado esté bien mantecado: unos 40 minutos. Lo veréis porque la textura comienza a cambiar y el helado "se hincha", coge más volumen del que tenía al comenzar el proceso de mantecado.Metemos al congelador al menos 30 minutos antes de consumir.
Si no tienes heladera: pon la mezcla en un contenedor plástico y mételo al congelador. Tendrás que remover bien la mezcla cada 30-40 minutos para evitar que se formen cristales de hielo y conseguir así un helado bien cremoso. Remueve el helado unas 5 veces.
Tips:
En esta ocasión utililicé café soluble, pero si no te gusta o prefieres usar café de cafetera, hazlo como tengas por costumbre y déjalo enfriar antes de usarlo para hacer el helado. Con 2 tazas debería ser suficiente.
Si tienes una cafetera con posibilidad de hacer el café frío, mucho mejor; así no tendrás que esperar para prepararlo. Por ejemplo, nosotros en casa usamos una cafetera de cápsulas Dolce Gusto que es una de las que recomiendan en Cafeteras Exprés. Este tipo de cafeteras te permiten sacar el café, si no frío, al menos no caliente y eso es una gran ventaja si eres de los que toma café con hielo -porque así no se te derrite el hielo según lo introduces en el vaso- o si quieres hacer este rico helado de café que te he enseñado hoy.
Siempre os digo que a mí me gusta más conservar los helados en formato individual, como veis en las fotos. Reutilizo vasitos de yogur, botes de conserva no muy grandes y cualquier envase que se pueda congelar. Me gustan más los de cristal porque puedes reutilizarlos hasta el infinito, pero también rescato los vasitos de helado de plástico de las reuniones familiares, aunque estos, con un par de veces suelen romperse.
Y tú, ¿cómo tomas el café en verano? Si también te gusta fresquito, te dejo algunas recetas de este blog que te pueden interesar.
Tarta de café y crocanti. Fresquita, con un toque crujiente, ¡irresistible!
Mousse de café. Con esta receta podrás dar salida a las claras que se quedan sin yema cuando haces alguna receta con estas. Además, ¡está buenísimo!
Helado de tiramisú, con sus bizcochitos mojados en café para que sea más auténtico, ¡uno de mis prefes!
¡Feliz verano!