Esta semana, además de una receta, te traigo un remedio contra el estrés. No sé si a ti te funcionará, pero para mí es mano de santo. Y es que no hay nada como amasar con tus propias manos una pieza de bollería. Las primeras veces, cuando toda la masa se te queda pegada en las manos, es un poco engorroso, pero luego con los siguientes intentos hasta da gustito. Y toda esa energía y esa tensión que acumulamos durante la semana por las obligaciones del día a día y del trabajo se puede aprovechar y transformar en algo delicioso y, por qué no, dulce.
Esta semana toca amasar un bollo de origen francés, aunque ya se ha hecho internacional y se toma y elabora en todas partes: BRIOCHE CON CHOCOLATE Y AVELLANAS. Es perfecto para saciar el apetito de los más golosos a la hora del desayuno o la merienda y mucho más sano que la bollería industrial. Vamos, que es un chollo. Y por si fuera poco, te vamos a enseñar tres formas diferentes de hornearlo para que le saques el máximo partido según la ocasión.
Ya en el siglo XV hay escritos donde se menciona este postre, así que cuántas personas lo habrán probado ya... ¡una milloná! ¿Te vas a quedar tú sin catarlo?
La receta base la he sacado del blog Las Recetas de Mamá y la he tuneado a mi manera para darle mi toque. Da gusto ver sus vídeos y no se puede tener más arte y delicadeza amasando. Os recomiendo muchísimo que entréis a visitarlo.
INGREDIENTES:
Con estos ingredientes hemos hecho una trenza bien hermosa, un molde con cuatro bollitos medianos y cuatro bollos individuales de buen tamaño. Así ya que te pones con la manos en la masa, lo aprovechas y disfrutas a tope.
ELABORACIÓN:
1. Pon la leche en un vaso y desmiga la levadura fresca de panadero dentro de ella. Remueve con una cuchara para que se disuelva.
2. Añade el azúcar.
3. Por último, incorpora la sal y remueve toda la mezcla hasta que se disuelvan todos los ingredientes por completo.
4. En otro bol, tamiza la harina usando un colador o un tamiz.
5. Vierte el vaso con la leche y la levadura sobre la harina.
6. Remueve con una cuchara de madera. Quedará una masa todavía bastante harinosa.
7. Bate los huevos en un bol.
8. Incorpóralos a la masa.
9. Sigue removiendo hasta que no quede ni rastro de la harina. Tapa el bol con un trapo limpio y deja reposar 45 minutos.
10. Corta la mantequilla en trocitos y añádela a la masa, que habrá levado un poquito y estará más manejable después del tiempo de reposo. Si la mantequilla está todavía un poco fría, te resultará más sencillo trabajar la masa. Ponla justo en el centro y ve amasando desde los bordes exteriores hacia el centro.
11. Vuelve a dejar reposar la masa durante una hora hasta que doble su volumen. Después ponla sobre una superficie bien enharinada y amasa hasta que quede lisa y no se pegue. Si es necesario, puedes añadir un poco más de harina.
12. Una vez bien amasada, añade las avellanas picadas y los chips de chocolate y vuelve a darle otro pequeño amasado para que se repartan bien.
13. Separa la masa en varias partes: haz cuatro bolas medianas para ponerlas en un molde rectangular de los de plumcake de toda la vida previamente engrasado.
14. Para hacer la trenza: haz un cilindro bastante largo y dóblalo por la mitad. Corta otro cilindro de masa de la mitad del tamaño del más largo y colócalo en medio de los dos como te mostramos en la foto.
15. Ve trenzando hasta llegar al final.
16. Cuando tengas la trenza hecha, presiona la parte final para que mantenga la forma y no se suelten los cabos. Con el resto de masa sobrante puedes hacer bollos individuales.
17. Reparte por encima más chips de chocolate y avellanas troceadas.
18. Deja reposar la masa otra hora para que leve nuevamente y doble su tamaño.
19. Pon el horno a precalentar a 200ºC. Pinta los brioches con huevo batido.
20. Hornea los brioches a 200ºC durante los primeros 10 minutos y, a continuación, baja la temperatura del horno a 180ºC y hornéalos durante 15-20 minutos más hasta que queden doraditos por arriba.
Y aquí te presentamos estos bollos esponjosos y tiernos, que tienen un toque salado, para que tus desayunos o meriendas sean uno de los momentos favoritos del día. Puedes comerlos tal cual, con unas onzas de chocolate, les puedes untar mantequilla y mermelada, crema de cacao... De cualquiera de las formas que imagines estarán riquísimos.
Espero que pruebes a hacerlo en casa porque verás lo gratificante que resulta hornear cosas ricas hechas por un@ mism@. Para conservarlos, puedes guardarlos en un recipiente hermético y consumirlos en un par de días para que no se pongan demasiado duros. Si haces bastante cantidad, puedes congelarlos y, la noche antes de comerlos, dejarlos en la nevera para que se vayan descongelando y comerlos para el desayuno bien tiernos.
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Que la semana que empieza mañana sea maravillosa. Te espero el domingo que viene con una nueva receta.
Un abrazo y gracias por estar ahí siempre.
Jon