La receta es laboriosa, se necesita paciencia para trabajar el mazapán y respetar los tiempos de espera entre unas elaboraciones y otras. No obstante, merece la pena probar unos huesos de santo caseros, la masa de mazapán queda buenísima, y el relleno y posterior glaseado aportan el extra de dulce que convierte a estos huesitos en una tentación para los golosos.
INGREDIENTES
(20 unidades)
Para la masa de mazapán:
250 gr de almendra molida
200 gr de azúcar
100 ml de agua
ralladura de un limón (opcional)
azúcar glas (para trabajar la masa)
Para la crema de yema:
8 yemas
200 gr de azúcar
100 ml de agua
Para el glaseado:
200 gr de azúcar glas
5 cucharadas de agua
ELABORACIÓN:
1. Comenzamos preparando la masa de mazapán. En un cazo ponemos el agua y el azúcar con los que haremos un almíbar flojo. Para ello removemos mientras se calientan ambos ingredientes y una vez alcanzado el punto de ebullición lo dejamos en el fuego un minuto más y apagamos la cocina. Aparte, en un bol, echamos la almendra molida y la ralladura de limón, poco a poco vamos añadiendo almíbar e integrándolo para formar la masa de mazapán. Según la variedad de almendra la masa necesitará más o menos almíbar, en mi caso solo fueron necesarios 60 ml., lo importante es que la masa no quede demasiado húmeda y que se pueda modelar con relativa facilidad. Formamos una bola con la masa y la dejamos secar durante dos horas.
2. El siguiente paso consiste en dar forma al mazapán. Para ello espolvoreamos con abundante azúcar glas nuestra mesa de trabajo. Amasamos de nuevo el mazapán y con ayuda de un rodillo lo estiramos sobre el mesado (si es necesario echamos más azúcar glas), dejando la masa con unos tres centímetros de grosor. Con un cuchillo o cortador dividimos la masa en rectángulos de 5 cm de ancho por 6 de largo. En cada rectángulo marcaremos las típicas acanaladuras de los Huesos de Santo, podéis hacerlo con un rodillo especial o bien utilizando un palito de brocheta.
3. Una vez hechos todos los rectángulos, los enroscaremos formando cilindros con ayuda de un palito (un lápiz, un palillo chino, el mango de algún accesorio de cocina...). Este es un paso delicado, debemos ser cuidadosos a la hora de manipular la masa para que no se rompa. Para que la unión quede bien sellada podemos mojarla con un poco de agua.
4. Colocamos los cilindros de mazapán de pie y los dejamos secar unas dos o tres horas.
5. Mientras tanto, vamos a preparar la crema de yema. De nuevo tendremos que hacer un almíbar con el agua y el azúcar, lo mezclamos bien y hervimos durante cinco minutos. A continuación, vertemos el almíbar en un recipiente apto para "baño de maría", dejamos que se atempere y añadimos las yemas removiendo constantemente para que no se nos cuajen. Llevamos la mezcla al fuego, a baño de maría, sin parar de remover hasta que se espese (20 -30 minutos).Tened en cuenta que debe quedar una crema firme para que no se salga de los cilindros de mazapán.
6. Continuamos rellenando los huesos con la crema de yema ya fría y el mazapán seco. Introducimos la crema en una manga pastelera de boquilla redonda y pequeña, y con cuidado, rellenamos cada uno de los cilindros.
7. Por último, bañamos cada hueso en un glaseado que prepararemos mezclando, en un bol pequeño o taza, el azúcar glas con el agua. Una vez impregnados en la mezcla, dejamos que los huesos escurran sobre una rejilla hasta que estén de nuevo secos.
¡Buen provecho!
Nos vemos en la siguiente publicación, mientras podéis encontrarme en mi página de Facebook , en Google +, Pinterest e Instagram.