Hay temporadas en que mi nevera da más pena que frío. Suele ser cuando una vuelve de un periodo vacacional o de un largo puente o fin de semana y no ha tenido la previsión o la precaución de comprar algo. En esas estaba cuando abrí el frigorífico y solo tenía un manojo de zanahorias, un pimiento, unos rábanos y unos pepinos. En la despensa, un bote de garbanzos que suplicaba ser consumido más pronto que tarde. Ya tenía la solución, algo improvisada si queréis, pero solución al fin y al cabo. Haría un humus distinto a los anteriores que había hecho. Lo haría de zanahoria. Y gustó. Mucho. No será la última vez que lo haga aunque el frigorífico esté lleno a reventar.
RECETA
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INGREDIENTES
250 g de garbanzos cocidos
300 g de zanahorias cocidas
2 cucharadas de zumo de limón
1 diente de ajo
40 g de tahini
1 cucharadita de comino
Sal
50 g de aceite de oliva
PREPARACIÓN
Pelar y cortar las zanahorias en rodajas. Ponerlas en una cazuela cubiertas de agua y un poquito de sal. Hervir hasta que estén blandas.
Triturar los garbanzos, las zanahorias hervidas y escurridas, pero guardar el agua de la cocción, así como el resto de ingredientes hasta que queda una masa compacta.
Añadir unas cucharas de agua de la cocción de las zanahorias hasta conseguir la textura deseada. Rectificar de sal si fuera necesario.
Servir en boles y rociar con un hilo de aceite de oliva.
Hemos acompañado este humus con las verduras que aparecen en la fotografía (apio, zanahoria, pimiento rojo, rábanos y pepino) y unos nachos y pan de ajo tostado.