Hay miles de razones para degustar un buen jamón ibérico, pues además de su intenso sabor, su agradable textura y la sensación que produce en el paladar; es un jamón saludable y se ha convertido en la imagen de la gastronomía tradicional española. Es por eso que hoy veremos un poco sobre el jamón ibérico: una delicia para el paladar.
Jamón ibérico
El jamón ibérico siempre se disfruta bien a cualquier hora: a media mañana se suele servir en algunos platos como las tapas, en el almuerzo puede ser parte del plato principal, y para cenar es perfecto como un abreboca.
Además de ser un excelente aperitivo, también porque los estudios científicos han demostrado que el jamón ibérico ayuda a reducir los niveles de colesterol malo; por lo que su consumo regular es beneficioso para la salud.
Producción del jamón ibérico
La excelente calidad del jamón ibérico es el resultado de su estricto proceso de producción. Este proceso comienza en los campos donde se crían los cerdos, y alcanza su tan esperado final después de ser cortado y servido en el plato. Para disfrutar de su sabor al máximo, se debe cortar en rodajas finas y no demasiado largas.
El jamón ibérico procede del cerdo ibérico, que se crían en libertad en verdaderos entornos naturales (dehesas); estas son zonas especiales de campo que se encuentran en varias regiones de España.
Para degustar un excelente jamón ibérico es recomendable conseguir aquellos derivados de las 4 denominaciones de origen: la Dehesa de Extremadura, Guijuelo, Jamón de Huelva y Los Pedroches; los cuales se encuentran en las regiones de Andalucía, Extremadura y Castilla-León.
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Imágenes: brindisa