“Lo que pienses, lo serás. Lo que sientas, lo atraerás. Lo que imagines, lo crearás.” (Buda).
¿Cuál es el nombre de Buda? él me preguntaba no una, cientos de veces, en el momento más inesperado, sin venir a cuento quizás, en mitad de otro tema de conversación, a fuerza de su insistencia lo aprendí hasta que sin dudarlo lo más mínimo le contestaba: Siddharta Gautama. Desde aquellas primeras conversaciones sobre Buda, hasta hoy han pasado muchos días, muchos años y aún hoy en día me sigue admirando su vida, su filosofía….
“Buda” es una palabra sánscrita "Buddh", que significa "despertar desde las tinieblas de la ignorancia para entrar en la luz del conocimiento". Buda, en definitiva puede ser traducida como “el que despertó” o “el iluminado”.
Hay certeza histórica y científica sobre la existencia del Buda Gautama, vivió desde el año 566 hasta el 485 a.c., en el norte central de la India y existen numerosos relatos sobre su vida, en la que su doctrina están orientadas para ayudar al ser humano a alcanzar su potencial de iluminación o Nirvana (esencia de la enseñanza budista).
Uno de ésos relatos dice así:
Una joven llamada Sujata, no conseguía casarse y realizó una promesa a una deidad de un árbol banyan (desde entonces conocido como el árbol Bodhi o de la “Sabiduría”, junto al rio Neranjara; ésta promesa decía así: “Si logro casarme con un hombre de mi misma casta y tener un hijo varón como primogénito, entonces prometo realizarte una ofrenda”
Al poco tiempo, se casó y tuvo su primer hijo varón. Habia llegado el tiempo de cumplir con su promesa: Con gran cuidado preparó la ofrenda que consistió en una comida a base de leche y arroz. Sujata se levantó antes del amanecer para ordeñar sus vacas, las que habían sido alimentadas en un bosque de regaliz para hacer que su leche sea más nutritiva y dulce. Se dice que la leche salió naturalmente de la ubre de la vaca a sus manos, la cual colocó directamente en la olla para ser cocinada, junto al arroz y la mantequilla en un fuego que ella misma había encendido.
Cuando comenzó a hervir supo que la comida ya estaba lista. Entonces envió a su sirvienta Punna para que preparase el lugar bajo el árbol, mientras ella colocaba el arroz con leche en un plato de oro dentro de un cuenco dorado y envuelto con un paño blanco junto a una guirnalda de flores perfumadas.
Mientras tanto Siddhartha Gautama, quien se encontraba en las proximidades de la ciudad de Urubela estaba débil y sin fuerzas por su práctica ascética extremas.
Punna se dirigió hacia el árbol que había sido elegido por su señora para realizar la ofrenda. Debía limpiar su base de malezas y disponer todo lo necesario para rendir honores a la deidad.
Cuando llego al lugar vio al asceta Gautama sentado bajo él, sin saber quién era realmente y creyendo que se trataba de la deidad del árbol que se había personificado, corrió a contar a Sujata que la deidad estaba esperando sentado por su ofrenda.
Cuando Sujata recibió la noticia que la deidad del árbol ya estaba sentado esperando la ofrenda, tuvo la certeza que esa era la divinidad que había cumplido sus deseos. Ambas mujeres fueron con los cuencos dorados y guirnaldas de flores hasta el encuentro con quien ellas creían que era el espíritu del árbol.
Cuando vieron al hombre santo se postraron lentamente frente a él apoyando la frente en el suelo. A continuación Sujata entregó la ofrenda diciendo “Así como mis deseos se han realizado que se cumplan los tuyos” y posteriormente se retiró junto con su sirvienta.-
Siddharta Gautama, comió la ofenda recibida y se bañó en el río Neranjara. Este fue el momento en el cual luego de lavar el cuenco lo lanza a la corriente del río diciendo “Si voy a tener éxito en convertirme en un Buda, que este cuenco pueda ir contra la corriente”. No solo sucedió así, sino que también se mantuvo a flote en medio del río. Esta fue la última comida del Bendito por mucho tiempo hasta después de su despertar.
No he realizado ninguna promesa, pero sí me he acordado de ésta maravillosa historia de la vida de Buda Gautama mientras preparaba éste "arroz con leche" de India, cuyo nombre es Kheer, Payasam y Payesh; una receta milenaria cocinada como antaño con arroz y leche de vaca, como la que hizo Sujata. Se le añade azúcar, también almendras (Badam Kheer), pistachos, cardamomo, azafrán y mucho, mucho amor.....
Por cierto, la palabra Kheer se deriva de una palabra en sánscrito – Ksheera que significa leche. El Kheer tiene una asociación religiosa muy profunda en la India. Es hasta la fecha usado como ofrenda en la mayoría de las Pujas (El ritual hindú más conocido de adoración a los Dioses se conoce como puja) y Hawans (ceremonias). La invocación a los dioses se considera incompleta sin él.
Aunque si hablamos de “arroz con leche” nos vendrá siempre a la mente, nos llega la idea y nos acordamos de ésa delicia tan tradicional y característica de la gastronomía de nuestro país, donde se aromatiza con cáscara de limón o naranja y canela; no hay que cerrar el paladar y les animo a disfrutar de los sabores y aromas de India, preparando éste “arroz con leche” tan aromático y con un sabor muy interesante.
¿Viajamos a India? ¿Pedimos un deseo y hacemos una promesa preparando para nuestros seres queridos éste delicioso kheer, tal y como hizo Sujata?
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para dos raciones:
2 vasos de leche entera de vaca, 1/3 de vaso de arroz, 1/3 de vaso de azúcar blanca, 3 cardamomos, 12 almendras peladas, un puñado de pistachos crudos (sin tostar), 2 cucharadas pequeñas de mantequilla, 10 hebras de azafrán.
Nota.- El cardamomo es una especia que ha sido considerada una de las más apreciadas y caras del mundo, situándose a continuación del azafrán y la vainilla, se puede adquirir cardamomo en cualquier comercio que tenga un buen surtido de especias.
Los pasos a seguir:
Picar las almendras fileteándolas.
En una cacerola pequeña con un poco de mantequilla tostar unos cuantos trozos de las almendras para decorar. Reservar sobre papel de cocina.
Cortar los pistachos en trocitos. (Reservar algunos trozos para decorar)
Lavar el arroz en agua, cambiando el agua del recipiente tantas veces sea necesario, hasta que ésta salga totalmente clara y el arroz pierda su almidón. Escurrirlo bien.
Poner una cacerola al fuego y echar la mantequilla. Una vez que esté derretida, añadir el arroz, remover y saltear durante medio minuto sin dejar de remover.
Agregar la leche y llevar a ebullición y a fuego lento dejar cocer durante unos minutos, removiendo de vez en cuando y procurando que la leche no se salga del recipiente al hervir.
Una vez que haya reducido casi a la mitad la leche, comprobar que el arroz esté tierno y en ése punto, incorporar el azúcar, el cardamomo, las almendras, los pistachos y el azafrán.
Ir removiendo, dejándolo cocer a fuego lento durante unos minutos más,
hasta que esté cremoso.
Retirar del fuego, dejar enfriar y que repose el arroz.
Servir decorando con trozos de almendras tostadas, pistachos
y por último, dándole un toque de color con las hebras de azafrán.
¡¡ Buen provecho !!...en hindi: बोन अप्पेतित
Lo que eres es lo que has sido. Lo que serás es lo haces a partir de ahora. (Buda)