Concretamente, la gastritis es una inflamación de la mucosa del estómago, una enfermedad muy frecuente que en la mayoría de los casos se manifiesta tras una comida muy copiosa o inusualmente fuerte, o por la ingesta de alimentos en mal estado, que pueden producirnos una infección. En ocasiones, también aparece por la toma de cierto tipo de medicamentos que pueden dañar nuestro estómago, como las aspirinas, e incluso hacer de la gastritis un trastorno crónico.
Síntomas y tratamiento
Todos hemos sentido alguna vez dolor en el vientre después de comer, pero si éste viene acompañado de náuseas o vómitos, deberemos plantearnos que posiblemente hayamos enfermado. La gastritis, además, se caracteriza por una pesadez de estómago, pérdida del apetito, acidez, ardor en la boca del estómago o gases. Sin duda, los síntomas son muy llamativos, por lo que su diagnóstico no es muy complicado. No obstante, cuando se convierte en crónica, es posible que interpretemos erróneamente que es algo normal, porque las señales serán menos intensas, aunque no por ello menos graves para nuestra salud.Una vida saludable, con unos buenos hábitos alimenticios e intentando huir de los aspectos más estresantes del día a día, es el mejor tratamiento de choque para evitar que este tipo de trastornos hagan mella en nuestro organismo. Pero desafortunadamente, es prácticamente imposible controlar que todo lo que comemos esté en buen estado, por no decir lo difícil que es resistirse a ciertos manjares, aunque sepamos que pueden hacernos daño. Por eso, es importante tener en mente unas directrices básicas y muy sencillas a seguir si creemos estar enfermos. Cuando los síntomas sean muy agresivos lo mejor es acudir a un médico.
Si tenemos indicios de que podemos estar padeciendo gastritis, lo primero que hay que tener en cuenta es que deberemos seguir una dieta específica para tratar el problema, o incluso ayunar, puesto que el estómago se encuentra muy irritado y es aconsejable dejar que descanse. Las primeras 24 horas son críticas y nuestro organismo sólo admitirá líquidos como agua con limón o un consomé casero. En las jornadas sucesivas se irán introduciendo alimentos sólidos como arroz hervido, pescado blanco, yogur o puré de manzanas o patatas. Normalmente a los tres días empezaremos a sentirnos mejor y podremos volver a nuestra alimentación habitual.
Más vale prevenir
Efectivamente, lo mejor es hacer valer el dicho popular y adecuar nuestra alimentación para hacerla más saludable. Aunque hay personas más sensibles que otras, es esencial mantener una dieta equilibrada, es decir, una nutrición básica ha de de ser lo más variada posible en sus ingredientes y debemos intentar distribuir su ingesta a lo largo del día, a ser posible en cuatro o cinco comidas no muy copiosas.Hartos estamos ya de que nos digan que el café, el alcohol, las bebidas gaseosas y el tabaco no son buenos aliados de nuestra salud, así que ya va siendo hora de que tomemos nota y tratemos de reducir su uso. Pero también hay alimentos que es mejor evitar como los fritos y los picantes y otros de los que es mejor no abusar como los demasiado salados, azucarados o especiados, así como tener en cuenta que para mantenernos en buena forma es fundamental ahorrarnos las comidas pesadas, sobre todo, a la hora de la cena.
La fibra es un componente que está de moda y que afortunadamente ahora podemos encontrar no sólo en cereales, fruta o verdura, sino en productos mucho más populares como yogures o zumos, que facilitarán su ingesta. Expertos nutricionistas aconsejan tomar al menos una fuente de fibra por comida, lo que ayudará notablemente a nuestras digestiones y a que nuestro estómago no se resienta.
Remedios caseros
Aunque no por ello haya que dejar de contar con la ayuda de especialistas, la medicina natural propone grandes soluciones para problemas que atañen a nuestro organismo. No siempre es imprescindible acudir a los fármacos para curar una dolencia y prueba de ello son las plantas terapéuticas y otros remedios provenientes única y exclusivamente de la naturaleza.Según los fitoterapeutas, quienes se encargan del estudio de las propiedades curativas de las plantas, en la gastritis nos pueden ayudar mucho especies aromáticas como el regaliz, la hierbaluisa, la raíz de malvavisco, la menta y el llantén, que favorecerán la digestión y protegerán nuestro cuerpo de posibles infecciones. Para las gastritis crónicas se recomiendan la manzanilla amarga, el anís verde, la melisa y la corteza de naranja amarga. El aloe vera es otro de las vegetales milagrosos y no sólo para la piel, pues afirman que tomar un poco mezclado con agua antes de cada comida supone una defensa para el cuidado de las mucosas digestivas.