
Parece ser que los orígenes del Roscón de Reyes se remontan a la antigua Roma, y a las celebraciones correspondientes al fin del solsticio de invierno. Los días más largos eran motivo de celebración y así lo hacían elaborando, entre orgía y orgía, unas muy populares tortas redondas rellenas de frutos secos y miel. Estos romanos se lo montaban realmente bien.
En la actualidad, los Roscones de Reyes elaborados en España -muchos países latinoamericanos también comparten esta tradición con sus propias recetas y variedades-, consiste en una masa fermentada de pan aromatizada con agua de Azahar que se hornea con forma de rosca, se decora con frutas cristalizadas en azúcar, y se rellena con nata (crema de leche), chocolate o cremas. En su interior alberga diversas sorpresas que pueden ilusionarte o traumatizarte (sí, una vez encontré un cortauñas muy colorido como regalo) y tradicionalmente se coloca un haba seca en el interior. El haba seca de la muerte, que quien la encuentre ha de pagar el roscón. En nuestro caso hemos constatado que sustituir sorpresas por habas no ha mejorado en absoluto nuestra economía, evitad esa tentación.
Volvamos al tema de siempre. El principal handicap de esta receta es el tiempo y el miedo. La elaboración es EXTREMADAMENTE SIMPLE, y os permitirá una libertad creativa total para rellenarlos de lo que queráis. La realización apenas es laboriosa y lo más que consumiréis será el tiempo en la fermentación. Dejad el miedo aparte, dad caña a los villancicos interpretados por niños sin cuello, y sentíos Tony Montana por un día jugando con la harina.
INGREDIENTES
220 gr. de harina de fuerza. No hace falta ir al gimnasio, sólo es harina con un poco más de gluten.
3 gr. de sal
33 gr. de azúcar
33 gr. de mantequilla fría
50 gr. de huevo (o un huevo tamaño grande)
60 ml. de agua
4.5 gr. de levadura de panadero seca
2 taponcitos de aroma de agua de azahar
La ralladura de medio limón
La ralladura de media naranja
Una pizca de canela
Frutas escarchadas (para decorar)
PREPARACIÓN
Cargad vuestras amasadoras con el gancho de amasar o preparad las manos de hacer marranadas, porque lo único que tenéis que hacer de momento es amasar todos los ingredientes en un recipiente excepto la mantequilla, que incorporaremos cuando nuestra mezcla tenga aspecto de masa bien integrada. Es muy importante que mantengáis la levadura fuera del contacto directo con la sal o nuestros pequeños microorganismos hipertensos se suicidarán inactivándose y estropeando la masa que crecerá tanto como una torta de trigo para hacer fajitas, es decir: nada. Recordad que la levadura de panadero seca no tiene nada que ver con la típica "Royal" de toda la vida, ésta última es un impulsor químico.
La levadura seca de panadero es levadura deshidratada que se activa al hidratarse de nuevo. Sigue siendo un fermento vivo y para multiplicarse necesita temperaturas superiores a 6ºC e inferiores a 50ºC, de lo contrario morirá o las reacciones serán demasiado lentas y las masas tardarán mucho en levar (crecer) o no lo harán si el entorno es demasiado frío. Una temperatura ambiente situada entre 20ºC y 35ºC hará que nuestra masa crezca en condiciones.
Cuando la masa haya doblado su volumen, la sacaremos y estiraremos con ayuda de un poquito de harina, aplicaremos un par de azotes de padre y la dejaremos reposar sobre la mesa durante cinco minutos, cubriéndola con el mismo recipiente.
Una vez ha reposado, volvemos a estirar la masa, la plegamos sobre sí misma y la trabajamos de esta forma durante un minuto. Terminamos haciendo una bola y nos ayudaremos con el dedo para practicarle un orificio que iremos ampliando hasta conseguir la forma de rosco mientras nos aguantamos la docena de chistes verdes que se nos ha ocurrido mientras escribimos este párrafo.
Cortamos nuestro roscón en dos mitades, cargamos la manga y lo rellenamos sin compasión con nuestro engendro evolucionado de nata (crema de leche) 2.0. Nos gusta la nata (crema de leche), y si añadimos un par de gotitas de esencia de vainilla durante el batido, nos gusta todavía más.
¡Feliz entrada de año, queridos tragaldabas!