“Pienso que a Andalucía, culturalmente, no hay que reivindicarla, puesto que es algo que existe, y lo que hay que hacer es exponerla, cultivarla y fomentarla a todos los niveles“
(Carlos Cano, cantautor andaluz)
No hay que buscar en otras tierras lo que en abundancia se tiene en la propia. Valorar aquellas sí, por supuesto, pero darle valor a las de nuestra tierra y nuestros mares andaluces.
Hay que procurar no renunciar a ésa noción de calidad, de autenticidad y fidelidad al arte, a la riqueza, a las raíces gastronómicas en definitiva a la cultura y riqueza patrimonial que es mucha, incluido nuestra forma de cocinar, con qué productos cocinar y por supuesto degustar lo que cocinamos.
Es una realidad el hecho de que comer es un acto biológico, pero estoy totalmente convencida de que cocinar es un acto cultural y que Andalucía es el Paraíso del buen comer y del buen beber.
He podido leer que la vitivinicultura es uno de los sectores más importante de la economía andaluza, con una actividad constatada a lo largo del tiempo: desde el siglo VIII antes de nuestra Era –fecha más remota en la que por el momento está demostrado científicamente el aumento y difusión del consumo de vino en la Península- pasando por las colonizaciones fenicia y griega, la Bética romana, las invasiones bárbaras y al-Andalus, hasta las épocas moderna y contemporánea. Ciertamente, la vitivinicultura ha formado parte del paisaje, la dieta y la economía de los andaluces desde la Antigüedad, de tal forma que el vino ha ido forjando una cultura propia.
Las vides y por ende el vino entraron en la península ibérica precisamente por Andalucía, en concreto por la zona que hoy ocupa la provincia de Cádiz, gracias a la cultura fenicia. Desde entonces, el vino se ha convertido en un elemento imprescindible de la cultura andaluza.
El clima, la topografía y la geografía harían que se encontrara un lugar ideal para la producción de vinos. Caldos que se convertirían en una de las señas de identidad de nuestra región, que, junto con el aceite de oliva, es uno de los manjares más apreciados a nivel internacional.
Más del 70% de los viñedos andaluces están amparados por alguna de las seis Denominaciones de Origen establecidas y auspiciadas por sus respectivos Consejos Reguladores: Condado de Huelva (1933), Jerez-Xérès-Sherry (1933), , Málaga (1933), Sierras de Málaga (2001) Montilla-Moriles (1985) y Manzanilla de Sanlúcar (1964).
Sanlúcar de Barrameda pescadora y señorial, de paisajes de extrema belleza, de bosques de pinos y matorrales, de marismas, de naturaleza, de historia y cultura, con una gastronomía excepcional, tierra de bodegas centenarias, de vinos extraordinarios como su popular Manzanilla.
Y con ella, cociné unos langostinos de ésa zona, de Cádiz o Huelva ¿Por qué quién puso las fronteras a las tierras andaluzas.y a la mar?
hice ésta exquisitez ideal como aperitivo.
LANGOSTINOS EN SALSA CON MANZANILLA DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA
¿CÓMO LOS HICE?
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
12 langostinos (si son grandes o si el tamaño es mediano 18 como en la foto de la receta de hoy), medio vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra, 2 rodajas de tomate maduro (sin piel ni semillas), medio vaso pequeño de caldo de pescado, 3 dientes de ajo cortado en láminas, un vaso pequeño de vino Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, una cucharada pequeña de pimiento molido (pimentón dulce), una guindilla pequeña y sal.
LOS PASOS A SEGUIR:
Pelar los langostinos quitándoles cabeza y piel, reservar la carne retirándoles el hilo intestinal con sumo cuidado.
En una cacerola echar un chorreón de aceite de oliva y freir las cabezas junto con la pieles (añadiendo si se tiene alguna espina o cabezas de merluza o rosada) hasta que estén doradas. Añadir dos vasos de agua, salar al gusto y llevar a ebullición dejándolo cocer unos quince minutos. Colar y reservar el caldo.
En una sartén o cacerola plana echar el aceite de oliva virgen extra, los ajos laminados y el tomate dejándolos hacer a fuego lento con cuidado de que los ajos no se lleguen a quemar.
Cuando comiencen los ajos a blanquear y se compruebe que éstos estén tiernos y el tomate se haya hecho, incorporar los langostinos, el pimiento chile, el pimentón y el vino; llevar a ebullición durante medio minuto.
Añadir el caldo de pescado, dejar cocer siempre a fuego lento durante un minuto
a fin de que se integren todos los ingredientes y servir muy caliente.
¡¡ Buen provecho !!
Somos una cultura riquísima, una cultura de origen popular a la que tapó la moda de lo moderno y que ahora empieza otra vez a florecer. El Legado Andalusí somos nosotros, no las piedras.
(Carlos Cano. Cantautor andaluz)