Hace unas semanas volví a Sanlúcar de Barrameda. Desde hace unos años no visitaba una de las ciudades en las que he compartido muchos buenos momentos en el pasado. En la época en la que no teníamos niños nuestros viajes a Sanlúcar eran continuos, nos conocíamos cada rincón gastronómico de la ciudad, así como los numerosos pubs que se escondían dentro de numerosas casas antiguas; sin duda, uno de los mayores encantos de la ciudad. Con el nacimiento de los niños mis visitas a la casa de mis amigos Antonio y Zoraida, sanluqueños de adopción, se redujeron bastante. Y este años nos apetecía volver a reencontrarnos con aquella ciudad que tantas alegrías nos brindó en el pasado.
La visita fue de sólo 48 horas, pero lo suficiente para venirnos con un montón de buenos recuerdos. Empezamos visitando la famosa Plaza del Cabildo, donde el bullicio no nos sorprendió debido a que era festivo (aunque yo creo que siempre está llena, cualquier día del año). Visitamos varios lugares donde había que esperar para que nos diesen mesa, y nos quedamos en el Restaurante Puerta de la Victoria, donde pedimos para el centro unas huevas aliñás, patatas aliñas, tortillitas de camarones y choco frito (todo típico de Sanlúcar) acompañado de un Barbadillo, como no podía ser de otra forma.
Tortillitas de Camarones
Después, y pese a que eran las cuatro y media de la tarde, hicimos una parada obligatoria en el "templo" del tapeo sanluqueño, Casa Balbino. Allí, aunque no teníamos mucha hambre ya, pedimos una tapa de riñones al Jerez y una de ensaladilla.
Nuestra siguiente parada fue allí mismo en la otra esquina de la Plaza del Cabildo en el Ribera 22, una coctelería ideal para copear.
De ahí nos fuimos a la zona de Bajo de Guía donde se han puesto de moda muchos locales de copas, como "El Salaero" abierto este año y que cuenta con un jardín vertical en su terraza. Allí estaban esperandonos más amigos y pudimos disfrutar de música en vivo de nuestra época, éxitos de los ochenta y noventa que hicieron bailar a más de uno y una.
Mi hija Laura que se apunta a todos los "saraos"
Ya anocheciendo nos fuimos a continuar el día al restaurante La Bodeguita donde nos pedimos unas coquinas, crujiente de langostinos y choco a la plancha con langostinos. Tres platos exquisitos que esta vez probamos con un vino tinto de la tierra, Garum, de Bodegas Luis Pérez.
Crujiente de langostinos
Al día siguiente por la mañana nos dimos una vuelta por el centro de Sanlúcar, visitando su mercado, aunque sin comprar nada de pescado porque están de parón biológico hasta el día 11 de noviembre, y todo el pescado que tienen es de fuera. Si que compramos dos quesos de cabra payoya, uno curado de Montealva, muy bueno y uno azul, Andazul, que está espectacular.
De allí nos fuimos a tomarnos una cerveza en La Espina una cervecería artesana que elabora su propia cerveza y que además dispone de más 70 cervezas artesanas de varios países y nacionales.
De ahí nos fuimos al Barrio Alto dando un paseo, para llegar a la Taberna Los Caracoles donde tienen una amplia carta y pedimos platos variados: croquetas de salmorejo, huevas a la plancha, hamburguesa de corvina, flamenquines....
Justo muy cerca de esta taberna se encuentra el Hotel Palacio de los Duques de Medina Sidonia, al que fuimos a tomar un café en su cafetería, pero nos tuvimos que ir porque no había sitio, estaba a tope, y es que no es para menos, ya que se encuentra en un edificio con mucho encanto y con unas de las mejores vistas de la ciudad.
Para acabar la tarde nos tomamos un helado en la heladería Toni, de la Plaza del Cabildo, todo un referente en la ciudad. Y de ahí a casa de mis amigos a acabar el fin de semana allí.
Un fin de semana que repetiremos pronto. Y del que me traigo el recuerdo de esta receta que he preparado con patatas de Sanlúcar, papas aliñás, que además hemos maridado con un vino sanluqueño.
INGREDIENTES:
1 kg. de patatas de Sanlúcar (patatas spunta)
1 cebolleta
Perejil fresco
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre de Jerez
Sal
Melva en conserva para acompañar (es opcional)
Huevos cocidos (opcional, yo no le he puesto)
PREPARACIÓN:
Lavamos las patatas bien y sin pelarlas las cocemos en abundante agua hirviendo hasta que estén tiernas. Una vez que estén cocidas las sacamos y dejamos que pierdan un poco de temperatura antes de pelar. Después de peladas cortamos en trozos medianos y depositamos en la fuente de servicio.
Cortamos la cebolleta pequeña y añadimos a las patatas. Añadimos sal. Mezclamos un buen chorreón de AOVE con una cucharada de vinagre de Jerez, emulsionamos y añadimos a las patatas. Servimos por encima la melva. Picamos el perejil y espolvoreamos. Dejamos enfriar en el frigorífico bien tapadas antes de servir, puesto que es un plato que se sirve frío.
El vino con el que hemos maridado las patatas es uno de Bodegas Argüeso , Viña del Carmen, es el primer vino blanco bajo en alcohol producido en Andalucía. Su graduación apenas es del 7% Vol. Este vino blanco, joven, ligero y afrutado, es el primer vino de Andalucía elaborado a partir de las dos variedades de uva más importantes de la provincia de Cádiz, Palomino y Moscatel. Para el diseño de la nueva imagen, se ha confiado en la artista alemana, afincada en Sanlúcar de Barrameda, Uta Geub, cuya obra artística influenciada por el movimiento cubista pop, destaca por un fuerte estilo propio que la hace única, la luz, el color y el movimiento son los protagonistas de sus diseños. Podemos comprar la botella desde la misma página web a un precio de 6 euros.
Espero que no se os haya hecho pesado el post, y disfrutéis de este plato tan típico. Aunque el tiempo haya cambiado y ya apriete el frío, en casa no renunciamos a este tipo de platos en todo el año.
Feliz martes.