Pero la realidad es muy diferente. Si sabemos cocinarla y combinarla bien, se convierte en el acompañamiento ideal de nuestros platos y además, ¡tiene un sabor muy peculiar! Es el vegetal anticancerígeno más potente que existe gracias a su gran poder antioxidante, ¿a que te estás comenzando a replantear el incluirla en la cesta de la compra?
A la hora de adquirirlas, tenemos diferentes variedades para elegir que deberemos diferenciar según nuestros gustos o preferencias. A continuación te voy a explicar los ocho tipos que existen.
- Las coles de Bruselas son las más conocidas. Se pueden consumir crudas o al vapor. En sopas o picadas como guarnición están deliciosas.
- La col verde se utiliza mucho en guisos o ligeramente cocidas como acompañamiento.
- La coliflor es una de las más populares también. La solemos utilizar en sopas y guisos pero, ¿has probado a hacerla con un gratinado de bechamel?
- El brécol es especialmente antioxidante. Puedes cocerlo un poquito y acompañarlo de salsa mahonesa, ¡como primer plato es perfecto!
- La col lombarda es bastante dulce. Solemos verla como ingrediente de cremas pero también podemos saltearla en guarniciones.
- La col china tiene distintos usos: la encontramos en ensaladas, al vapor o en guisos.
- El repollo, también conocido como col holandesa, es perfecta como ingrediente de ensaladas. Acompáñala de unos tomates ‘cherrys’ y una vinagreta, ¡la cena perfecta!
- Por último, la col rizada es de un sabor suave y típica de los meses de invierno. Se puede saltear, cocer al vapor o estofar.
Impresionada con todas las posibilidades de las coles, ¿verdad?
¿Cómo las utilizas tú?