La primera vez que los hice de pistacho fue al comienzo de mi etapa macaronil, hace ya dos años. Una única foto tengo de ellos y no llegué a publicarlos. Os la enseño ahora, más vale tarde que nunca, aunque la crema es un poco diferente, porque en aquella ocasión no usé pasta de pistacho, sino el pistacho picadito bien menudo por en medio de la crema, lo que no da color y el sabor no es tan pronunciado.
Para hacer la pasta de pistacho trituré los pistachos hasta que soltaron el aceite y formaron una cremita. Así de sencillo lo hice y el resultado me gustó.
Lo complicado de la pasta de pistacho son ellos mismos. No son un producto económico y es difícil encontrarlos sin salar y pelados. En esta ocasión utilicé unos que vi en Lidl, pero salen carísimos, no compensa hacer gran cantidad.Si sabéis dónde encontrarlos a un precio razonable soy toda oídos.
INGREDIENTES:
Conchas:
70 gr. de claras de huevo (yo las hago tanto con claras frescas como pasteurizadas y no las envejezco)
135 gr. de azúcar glas
100 gr. de almendra molida
35 gr. de azúcar
una cucharadita de pistacho en pasta (casera o comprada)
una pizca de colorante verde
Crema de pistacho:
50 gr. de azúcar glas
30 gr. de mantequilla
una cucharada de pistacho en pasta
PREPARACIÓN:
Mezclamos el azúcar glas con la almendra molida y tamizamos un par de veces.
Batimos las claras, cuando empiecen a espumar añadimos el azucar y seguimos batiendo hasta que estén a punto de nieve, con pico duro, que no caigan al darle la vuelta al bol. Cuando casi estén añadir la pizca de colorante y la cucharadita de pasta de pistacho.
Incorporar la mezcla de azúcar glas y almendra a las claras con movimientos envolventes, sin pasarse.
Verter la mezcla en una manga con boquilla redonda e ir vertiendo circulitos de masa sobre papel de hornear que habremos colocado en una bandeja de horno.
Dejar secar el tiempo suficiente hasta que al tocar las conchas ligeramente con el dedo no dejen marca.
Hornear a 140º unos 13 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla.
Para la crema de pistacho batimos el azúcar glas con la mantequilla hasta formar una crema. Añadimos la cucharada de pistacho en pasta y batir hasta incorporar.
Rellenamos los macarons con ayuda de una boquilla redonda y si evitamos la tentación los dejamos reposar hasta el día siguiente, que están mucho más ricos.