Y hoy vamos con una receta de corazón, de las que enamoran. Unos deliciosos y delicados macarons de San Valentín. Realmente son de San Valentín por publicarlos hoy y por la forma de corazón, pero con formita redondos pueden ser Macarons para cualquier día.
Los Macarons, están de moda, y no es para menos, tan monos ellos, tan delicados y fáciles de comer, parece que con varios no hay suficiente.
Con esta receta siempre triunfo, es muy importante seguir todos los pasos, porque igual que están deliciosos, pueden ser un poco rabiosos a la hora de elaborarlos, hay que hacerlos con tiempo y paciencia. Dicho esto, luego es macaron comido.
Ingredientes para los Macarons de San Valentin:
325 gr de azúcar glas súper fino
200 gr de harina de almendras (es decir almendras molidas muuuy finas)
3 claras de huevo a temperatura ambiente (o 175 gr de claras)
50 gr de azúcar normal
Aromas, cacao y/o colorantes al gusto. Para estos de San Valentín use una cucharada de esencia de Red Velvet y un poco de colorante alimenticio rojo.
Ganache de chocolate negro para el relleno (250 gr de nata (crema de leche) y 250 gr de chocolate negro)
Preparación:
Yo preparo el ganache el día antes, calentamos la nata (crema de leche) en un cazo o microondas y antes de que rompa a hervir sacamos del fuego y añadimos el chocolate troceado, hasta que se disuelva por completo. Dejamos enfriar.
Los gurús del macaron, os aconsejarán que dejéis envejecer las claras por lo menos una noche, tapadas con film trasparente. Yo este punto no lo hago y siempre me salen bien los macarons. Lo que SÍ es fundamental es que los huevos no estén frío, si tenéis pensado hacer macarons, dejar los huevos o claras fuera de la nevera. (Se puede hacer también con las claras que venden en los supermercados).
Una vez que tenemos las claras a temperatura ambiente, toca montarlas. Para ello lo mejor es un robot de cocina con varillas, muy limpito y con un pellizco de sal. Y darle caña hasta que empiece a espumar, en este punto añadimos los 50 gr de azúcar normal y la esencia y colorante. A seguir batiendo hasta que salgan picos firmes y tengamos el merengue en su punto. Ya sabéis el truco definitivo para saber si están, es darle la vuelta al cuenco y si no se caen, está listo, sino toca lavarse la cabeza y empezar de nuevo.
Otro truco para que salgan mejor nuestros macarons es mezclar bien el azúcar glas con la harina de almendras. Y con mezclar, me refiero a darles unos cuantos meneos con un robot de cocina, tipo turmix, thermomix, batidora para que se entremezclen bien.
Tamizamos nuestra mezcla de azúcar y almendras, y cuando esté listo el merengue lo volvemos a tamizar por encima antes de incorporarlo de forma suave y envolvente. Al principio puede parecer que no se van a mezclar en la vida, pero con un poco de paciencia se consigue una masa elástica y pegajosa, que estará lista cuando al levantar la espátula fluya ligeramente.
Hora de preparar el tapete. Los venden ya hechos, pero si no os vais a dedicar a la venta ambulante de macarons, os aconsejo que os fabriquéis vuestro propio tapete. Basta con pintar sobre papel vegetal para hornear corazones en este caso, o círculos en los normales, del mimos tamaño, con la ayuda de un cortador de galletas. Los pinte primero con lápiz y repase luego con rotulador para que se vieran al darle la vuelta al papel vegetal. Puede parecer que es fácil de hacer sin la guía pintada, pero si queréis unos macarons de más o menos el mismo tamaño, os aconsejo no saltaros este paso.
Rellenamos una manga pastelera con una boquilla redonda lisa y grande, si no tenéis vale también cortar la boca de la manga pastelera.
Toca rellenar los huecos y cuando terminemos daremos unos golpes a la bandeja de horno sobre la encimera para que salgan las posibles pompas y burbujas.
Otro truco importante: ahora toca esperar. Una vez las bandejas listas dejaremos reposar nuestros macarons hasta que al tocar uno con el dedo no se nos pegue. Se tiene que secar un poco antes de meter en el horno. Este proceso puede tardar una media hora o un par de horas, dependiendo de la humedad ambiental.
Una vez tengan la capita superior seca, es turno de hornear a 150ºC con el horno precalentado y calor arriba y abajo sin ventilador. Unos 16 minutos. Veréis que al ratito empiezan a crecer y a salirles la costrita de abajo tan característica de los macarons.
Un truquito para saber si están listos es tratar de levantar uno del papel de horno si se despaga entero sin romperse, estará listo. No os aconsejo dejarlos demasiado tiempo en el horno, que si no se resecan y el macaron debe estar jugosito por dentro. Pillarles el punto justo es lo más difícil al principio.
Hora de rellenar, en otra manga pastelera con boquilla de estrella grande, o de nuevo sin boquilla, rellenamos la mitad de nuestro macarons por la parte interior, con el ganache y con cuidado de no romperlos. Podemos otro macaron a modo de tapita sin apretar mucho para no apachurrarlos y listo.
A disfrutar.
Besos
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