Me encanta este tipo de recetas.
Me gusta que de un plato podamos tener un aperitivo, un primer plato o un segundo.
Veréis que es muy fácil de preparar y nos deja el aroma peculiar que tiene el apio y un pequeño punto de picante de la guindilla que pondremos. Si no somos de comer picante, no hace falta que pongamos la guindilla y el resultado será igualmente fabuloso.
Ingredientes:
1Kg de Mejillones.
3 Dientes de Ajo.
1 Trozo de Apio.
1 Guindilla.
1/2 Vaso de Vino Blanco.
Aceite de Oliva.
Sal.
Preparación:
Lo primero que haremos será limpiar los mejillones, una vez estén limpios los reservamos.
Ahora cogeremos los tres dientes de ajo, los pelamos y los cortamos en rodajas.
Una vez ya tenemos los ajos, pondremos una cazuela de barro en el fuego a calentar, añadiremos un poco de aceite de oliva y dejaremos que se caliente.
Una vez tenemos el aceite caliente añadimos los ajos cortados y un poco de sal, a medio dorar añadiremos la guindilla.
Pasados unos segundos y sin que se nos quemen los ajos, añadimos el apio, lo pasamos por todo el aceite para se impregne de su aroma y añadiremos el vino blanco.
Cuando empiece a hervir el vino, añadimos los mejillones y tapamos un poco para facilitar que se nos abran.
Una vez estén abiertos y hechos ya los podremos servir.
Paso a paso:
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