Yo decidí incorporarme al equipo Polvorón (el más “enrollao”) ;) Nuestro ingrediente base para preparar la receta era el marisco en general, así que empecé a pensar cual sería mi aportación y lo tuve claro… porque da igual lo laborioso, sofisticado, original o creativo que yo proponga de menú navideño en mi casa, según mis hijos lo que nunca puede faltar en la mesa son los mejillones tigre que prepara la abuela Ermitas (mi madre).
Los beneficios nutricionales del mejillón están sobradamente demostrados, sus posibilidades culinarias son numerosas y exquisitas, disponemos de ellos en cualquier época del año y tienen un precio más que razonable. Aunque esté considerado por algunos como el más humilde de los mariscos, para mí es el rey!
Nutritivo, delicioso y económico… que más se puede pedir?, eso sí… voy a “barrer para casa”, Mejillón de Galicia con D.O.P, por supuesto!!!
Vamos con la receta. Para elaborarla necesitaréis:
Mejillón de Galicia (en este caso algo así como kilo y medio de hermosos mejillones frescos que escogió mi pescadera habitual, y que es la mar de “riquiña” :)
Una cebolla.
Medio puerro.
Medio pimiento rojo o verde.
Un par de ajos.
Sal y pimienta.
Dos vasos del agua de cocer los mejillones.
Unos 100 g de harina.
Aceite de oliva virgen extra.
Huevo y pan rallado para el rebozado.
He de aclarar que en la receta original de mi madre no aparece el pimiento, es un aporte personal porque yo soy mucho de emplearlo en mis sofritos, pero podéis prescindir de él y el resultado será igualmente delicioso.
Comenzaremos por limpiar muy bien bajo el grifo los mejillones, raspándolos con un cuchillo y quitándoles las barbas. Una vez limpios los ponemos en una cazuela con dos vasos de agua. Los mejillones no la necesitan para cocerse porque ellos ya sueltan bastante, pero en este caso se la vamos a añadir porque luego la aprovecharemos para hacer la bechamel del relleno.
Cuando se hayan abierto, apagamos el fuego y dejamos que se enfríen un poco, tapados en la misma cazuela. Mientras tanto picamos muy finamente todas las verduras.
Las pochamos en una sartén con un fondo de aceite de oliva.
Añadimos la harina y la rehogamos bien. Incorporamos poco a poco y sin dejar de remover los dos vasos de caldo de mejillones que habremos colado previamente y vamos haciendo la bechamel. Separamos los mejillones de sus conchas y los picamos menuditos.
Los incorporamos a la mezcla cuando vemos que esta empieza a espesar. Salpimentamos muy ligeramente (tened en cuenta que el agua de cocer los mejillones ya le va a aportar sal) y seguimos cocinando todo hasta que notemos como la masa se va separando de las paredes de la sartén, esa será la señal de que nuestra bechamel está lista.
Apagamos el fuego y dejamos enfriar completamente. Rellenamos nuestros mejillones y los llevamos a la nevera para que la masa nos quede firme.
Antes de freírlos en abundante aceite, los pasamos por huevo batido y pan rallado. Así podríais conservarlos perfectamente en el congelador si no vais a usarlos inmediatamente.
A la hora de freír recordad que es mejor hacerlo en pequeñas cantidades. Cuando alcanzan el “doradito” deseado, los sacamos y los escurrimos sobre papel de cocina.
Y aquí tenéis el resultado final, un aperitivo extraordinario, no me digáis que no se ven apetecibles! :D
Y esta entrada lleva doble dedicatoria: por un lado a la abuela Ermitas por la receta, y por el otro a la familia de typicaleros y typicaleras, con mención especial a mi equipo que son la caña, la de risas que me he echado con vosotros estos días atrás! ;)
Aquí os dejo el recopilatorio completo, donde encontraréis un montón de recetas riquísimas! :D
Sigo “barriendo para casa”, en la foto la ría de Vigo, mi ría, con las bateas de mejillón en primer término. :)
Bateas en las inmediaciones de Moaña, en la ría de Vigo, con el puente de Rande al fondo. LALO R. VILLAR
Desde este precioso rincón del mundo os deseo unas: