Y aquí tenéis el resultado. No han quedado mal, ¿verdad? Os dejo la receta, que es más sencilla de lo que me esperaba. ¡Que la disfrutéis!
Ingredientes
Salsa bechamel
1 ó 2 latas de mejillones en escabeche (2 si son de las normales, 1 si es de las más gradecitas)
Valvas de mejillones (las guardaremos de alguna vez anterior que hayamos hecho mejillones)
1 huevo y pan rallado para rebozar
Elaboración
Como está más buena la bechamel si la hacéis vosotros mismos, os explico cómo hacerla sin que queden grumos. Coged 45 gr de mantequilla, 45 gr de harina y medio litro de leche templada. Deshacéis la mantequilla en una sartén amplia a fuego medio-bajo. Cuando esté completamente desecha echáis de golpe la harina, y con unas varillas no dejáis de remover hasta que se incorpora todo y queda como una pasta. Añadís una pizca de sal. Ahora con paciencia vais añadiendo la leche. Echáis un chorrito, la incorporáis a la pasta con las varillas, echáis otro chorrito, volvéis a incorporar a la pasta,... al final tendréis una bechamel perfecta, os lo digo yo. En este momento si os gusta la nuez moscada le podéis echar un poquitín y volver a remover. Bechamel lista.
Abrimos las latas de mejillones, reservando el líquido. Picamos fino todos los mejillones y se los volvemos a incorporar al líquido. Ahora los incorporamos a la bechamel y removemos bien. Toda nos cambiará a un color rojizo.
Con una cuchara rellenamos las valvas. Pasamos cada una por huevo y pan rallado. En este momento tenemos 2 opciones: freírlas y comerlas, o congelar y comer cuando apetezca. Esto nos da la ventaja de poder hacerlos cuando queramos, no hay que hacerlos en el momento. De cualquier forma
¡están deliciosos!