Creo, que es la tercera vez, que os presento este clásico de nuestra mesa.
Realmente en casa muy pocas veces repetimos receta, pero hay ciertas recetas que se tienen que repetir si o si, a causa de lo ricas que están.
Una de estas recetas es este espectacular melón de Galia con sus pajitas.
Ingredientes (2 personas):
1 melón de Galia grande
1 cucharada sopera de azúcar
Vino moscatel (o cualquier otro vino dulce)
Preparación:
Este postre suelo hacerlo individual, con melones de Galia más pequeños, pero como en esta ocasión compre uno gordote, pues nos zamparemos el melón la mujer y yo, aunque me temo que sobrara para otro día.
Cortamos una rodaja finita de la piel de uno de los extremos del melón, para poder acceder a su interior con la ayuda de un saca bolas y la reservamos para posteriormente tapar el melón.
Colocamos la carne del melón en el vaso de la batidora y desechamos sus semillas (si tenéis paciencia podéis colocarlas al sol, esperar que se sequen y comerlas como si fueran pipas de girasol, pero yo opte por dárselas a las gallinas a cambio de sus huevos).
Añadimos una generosa cucharada de azúcar a la carne del melón (recordad que fría esta menos dulce) y trituramos.
Volcamos la crema obtenida en el interior del melón y terminamos de rellenarlo con vino Moscatel.
En la rodaja de piel de melón que hemos reservado con anterioridad, practicamos dos agujeros con la ayuda de un saca corazones de manzanas, para posteriormente introducir las pajitas.
Se guarda en la nevera y se sirve lo más frio posible.