Así que, esa ha sido una de las primeras normas que me he puesto, desayunar como está mandado. La diferencia es abismal, claro. Se acabaron las debilidades mañaneras, la ansiedad por picotear toda la mañana...
Uno de mis desayunos favoritos son unos biscotes de pan integral con mermelada. Pero claro, la mermelada si es casera, mucho mejor. Estaréis pensando que estoy loca, con la cantidad de azúcar que lleva una mermelada... No, no, no. Esta vez he preparado la mermelada sin añadir azúcar, aunque como yo soy muy muy dulce, le he puesto edulcorante.
La mermelada sin azúcar tiene dos dificultades. La primera es que no espesa de la misma manera, por lo que, dependiendo de la fruta que utilicemos, tendremos que añadir un poco de gelatina o agar agar. De todos modos, si no nos importa que esté más líquida, podemos obviar este paso. La segunda es que el azúcar actúa de conservante, así que esta mermelada nuestra tiene mucha menos capacidad de conservarse; así que siempre es mejor hacer poca cantidad y conservarla en frío siempre.
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Mermelada de fresa {sin azúcar}
Ingredientes
1/2 kg de fresas.
2 cucharadas de agua.
2 hojas de gelatina {opcional}.
edulcorante al gusto.
Preparación:
1. Lavamos bien las fresas, les retiramos el pedúnculo y las troceamos.
2. Las ponemos al fuego junto con las dos cucharadas de agua. Dejamos cocer a fuego suave durante una media hora, hasta que la fruta esté bien blandita.
3. Retiramos del fuego y dejamos templar ligeramente. Si nos gusta más fina, podemos triturarla con la batidora para no encontrarnos trocitos, aunque este paso no es necesario. Le añadimos edulcorante {mejor líquido} al gusto, podemos ir probando y mezclando hasta que esté a nuestro gusto.
4. Ponemos a remojo la gelatina en agua fría. Calentamos una cucharada de agua en el microondas, y disolvemos en ella la gelatina. Añadimos la gelatina a la mermelada, removemos bien, y guardamos en un bote.
5. Cuando se haya templado la mermelada, reservamos en la nevera.