El año pasado hicimos varias veces tomates verdes fritos que, aunque no pude sacarles foto, nos encantaron, sobre todo a los mayores.
Pero este año hemos tenido un problemilla -básicamente con la selección de las semillas, supongo- y todos los tomates nos han salido de un calibre bastante ridículo: imposible cortarlos en rodajas y freírlos. Así que hemos tenido que buscar otras alternativas para no tirarlos. Esta mermelada de tomates verdes tan curiosa ha sido una de ellas.
Se trata de una mermelada perfecta para acompañar platos salados o para hacer unas tapas originales estupendas. En esta ocasión la hemos combinado con un magnífico queso curado que nos han mandado los chicos de Youzz para hacer una cata. He de decir que en casa nos gusta mucho el queso, de casi todas las variedades, pero el queso curado es uno de los que más éxito tiene y este, bien sabroso, pero nada seco, nos ha encantado.
Acompañado de la mermelada de tomates verdes es sencillamente fantástico.
Cómo hacer mermelada de tomates verdes
1 kg. de tomates verdes.
500 g. de azúcar
la ralladura de un limón -sólo la parte amarilla-
1/4 de cucharadita de jengibre en polvo.
Lavamos bien los tomates, les quitamos los abrimos a la mitad y les quitamos la parte de arriba más dura.
Si queremos, los podemos pelar y quitarles las pepitas, pero los tomates verdes suelen ser más duros y tener menos agua que los maduros, así que no nos va a hacer falta en realidad porque la mermelada no nos va a salir tan líquida como la de tomates rojos. Sobre todo si hablamos de tomates verdes por falta de maduración, como es este caso.
Echamos todos los ingredientes en la jarra de la thermomix y programamos 30 minutos, varoma, velocidad 2. Dejamos el bocal sin tapar y ponemos el cestillo boca abajo sobre la tapa para permitir que se evapore el líquido.
Si lo hacemos sin thermomix es conveniente que piquemos los tomates más pequeñitos o, incluso, que los trituremos con la batidora o con la picadora previamente. Colocamos todos los ingredientes en una cazuela y llevamos a ebullición. Cuando empiece a cocer, bajamos un poco el fuego y dejamos cocer durante 50 minutos, aproximadamente, hasta que los tomates estén blandos y podamos chafarlos fácilmente con un tenedor.
Comprobamos la textura de la mermelada. Si queremos, podemos programar 5-10 segundos, velocidad 6 para triturarla más.
Vertemos en unos botes limpios y envasamos según las indicaciones que ya os di aquí. De esta manera se conservarán durante varios meses.
Otras salsitas muy especiales de este blog:
Chutney de tomate,
Chutney de ciruelas
Lactonesa de ajo negro.