Podéis hacerla como una lasaña clásica, canelones o como yo he hecho con unos mezzi rigatoni gorditos y cortos en vertical.
Como siempre os digo, que no os echen para atrás los ingredientes, amoldarlos a vuestros gustos, poned o quitad. Lo mágico de la pasta es que se puede añadir lo que se nos antoje, probad a incorporar pollo, carne o atún junto con las verduras y a disfrutar.
INGREDIENTES:
-1 calabacín pequeño
-media berenjena
-1 bote de tomate frito natural con aceite de oliva
-35/40 mezzi rigatoni
BECHAMEL:
-50gr de mantequilla
-50 gr de harina
-700ml leche tibia
-sal/pimienta/nuez moscada
-2 cucharadas mostaza antigua
Comenzamos cociendo en abundante agua hirviendo la pasta, escurrimos y dejamos sobre un paño limpio.
Cortamos el calabacín y la berenjena en cuadraditos (brunoise). Primero salteamos la berenjena unos 4 minutos y luego el calabacín. No cocinaremos mucho porque luego irá al horno.
Mezclamos en un bol el calabacín, la berenjena con el tomate frito. Reservamos.
Para preparar la bechamel ponemos un cazo a fuego medio con la mantequilla, cuando se deshaga incorporamos la harina y removemos tostando un poco. Vamos añadiendo poco a poco la leche y removiendo muy bien cada vez para que no se formen grumos. Cuando veamos que se separa bien de las paredes del cazo salpimentamos, rallamos un poco de nuez moscada y añadimos dos cucharadas de mostaza al gusto.
Para empezar a montar la fuente, ponemos en el fondo una capa de bechamel, luego rellenamos los rigatoni con la verdura y colocamos en la fuente hacia arriba. Cuando los tengamos todos regamos con la bechamel por encima y en los lados. Ponemos queso rallado al gusto y horneamos unos 20 minutos hasta que se derrita el queso y se unifiquen sabores.