Un clásico entre los clásicos pero que está para morirse de bueno. Es un postre muy sencillo y rápido de hacer (se tardan unos 20 minutos) y además hay muy poca gente a la que no la guste.
El chocolate puede ser negro, con leche, blanco o como en mi caso, una mezcla al 50% de chocolate negro y chocolate con leche. Todo depende del gusto de los comensales.
Yo no he utilizado azúcar ya que con el dulzor del chocolate me basta pero si se quiere se puede añadir algo de azúcar y batirlo junto con las yemas.
Ingredientes (4-6 personas)
100gr. chocolate
2 huevos
150ml. nata (crema de leche) 35% MG
1cda. leche
Elaboración
Deshacer el chocolate al baño María junto con la leche. Remover para que se unifique la mezcla y dejar templar.
Separar las claras y las yemas de los huevos. Batir las yemas con la batidora y su accesorio de varillas hasta que se pongan blanquecinas. Añadir a la mezcla de chocolate y batir manualmente con unas varillas.
Montar la nata (crema de leche) y añadirla al cuenco del chocolate y mezclar con una lengua lentamente, con movimientos envolventes para impedir que se baje la nata (crema de leche).
Montar las claras a punto de nieve y añadirlas a la mezcla anterior. Mezclar nuevamente con la espátula de forma lenta y con movimientos envolventes.
Poner en cuencos independientes e introducirlos en el frigo durante un mínimo de 2 horas.
Decorar con un poquito de almendra crocanti antes de servir.
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