Una de las cosas buenas que tiene haber abierto el blog, es la cantidad de recetas nuevas que estoy probando.
Seguro que más de una vez me habréis escuchado contar lo mala que era para comer de pequeña. Supongo que le pasará a mucha gente, pero no salía de tres o cuatro comidas, no probaba nada nuevo ni sabores extraños...con la edad esto ha cambiado por completo, ahora tengo un paladar menos exigente y en parte se debe tambien a tener que probar las recetas que cuelgo en el blog.
No estaría bien recomendar algo que no he probado...
Los sabores de oriente son muy particulares, no a todos les gusta. Yo he aprendido a amarlos desde hace muy poquito. Esas mezclas de especias no son siempre del agrado de mi gente, asi que tengo que hacer cosas que solo comeré yo y esto reduce a veces las posibilidades.
Me he acostumbrado a ello, mis mijos son muy delicados para comer. No puedo forzarlos ya, son mas altos que yo jajaja, pero eso no quita que yo siga haciendo recetas que pueda después poneros en el blog. Quizá algún día cambien las cosas ..
Bueno, toda esta charla viene a la presentación de este plato. Hace unos dias, Montserrat, una seguidora de mi pagina de facebook me pregunto si tenía algún paté de calabacín. Me dio por investigar y encontré esta receta que me pareció muy atractiva y bastante fácil.
Me vino de perlas para usarla con un pan de pita que había preparado unos días antes, y he de deciros que es una combinación exquisita.
Espero que os guste.
INGREDIENTES:
1 calabacín grande
1 diente de ajo
50 gr de yogur natural sin azúcar
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de pimienta
1 pizca de comino molido
1/2 cucharadita de menta seca
PREPARACIÓN:
Lavamos el calabacín y lo liamos en papel aluminio. Horneamos a 180º unos 30 minutos. Dejamos templar un poco antes de abrir el papel.
Ahora cortamos ruedas gruesas de unos tres o cuatro dedos de grosor y con cuidado apretamos sobre un recipiente para que suelte toda el agua posible.
A medida que apretamos para que suelte el agua, veréis que se va desprendiendo la piel. Desechamos la piel y nos quedamos con la pulpa.
La ponemos en un mortero y machacamos con la maza. No es un paté triturado, tiene que tener textura.
Añadimos el ajo machacado, sal, pimienta, comino y yogur, seguimos machacando. Por último agregamos la menta seca y removemos. Ya está.
Lavamos el calabacín.
Lo liamos en papel de aluminio y asamos 30 minutos en el horno.
Ya asado cortamos las puntas y hacemos rodajas gruesas. Apretamos para que suelte el agua y nos quedamos solo con la pulpa.
Ponemos el calabacín en un mortero y lo machacamos con la maza. Añadimos el ajo.
La sal, pimienta, comino...
El yogur y por último la menta seca.
Y aproveché un pan de pita que había hecho para tostar y cortar en triángulos.
Servimos con el pan de pita.
Veréis que rico, el contraste es estupendo y la menta seca le da un sabor fresco.